sábado, 8 de marzo de 2025

VILLA SANTA RITA

ESPACIO VERDE


VECINOS ENOJADOS: “FALTARON A SU PALABRA”.


Una mezcla de indignación, bronca y tristeza invadió a los vecinos del colectivo @unaplazaparavillasantarita cuando se enteraron que las autoridades responsables de la obra de la primera plaza que tendrá el barrio, contrariando compromisos asumidos, extrajeron dos bellos árboles que tenía el predio, que por su tamaño, iban a ser los únicos capaces de brindar sombra a los visitantes.


Árboles que ya no están.
El terreno quedó pelado
La plaza de Villa Santa Rita, la primera que tendrá el barrio luego de 40 años de reclamos, está concretándose gracias a la perseverancia de vecinos y vecinas que no cejaron en su derecho a un ambiente sano y acceso a un espacio verde cercano a sus domicilios.

Aunque se trata de una superficie pequeña en relación a las plazas convencionales -que en general abarcan una manzana completa-, este logro se vive como un enorme paso adelante y mucha ilusión de ver concretado un sueño tan anhelado.

Además, en este caso los vecinos fueron protagonistas de un virtuoso proceso participativo. Una vez que el gobierno de la ciudad concretó la expropiación del terreno, se conformó una mesa de trabajo que estuvo integrada por vecinos del colectivo @unaplazaparavillasantarita, autoridades de la Comuna 11, funcionarios a cargo de la Dirección de Antropología Urbana, la Dirección de Arquitectos, Red Argentina del Paisaje y coordinadores del Consejo Consultivo. A lo largo de una buena cantidad de reuniones que se llevaron a cabo durante varios meses, se fue consensuando un diseño para el predio donde cada rincón fue pensado y analizado en conjunto afín de generar un ecosistema con distintas áreas de interés para vecinos de todas las edades en un entorno que mantuviera la mayor cantidad posible de verde vivo. A medida que el proyecto fue avanzando, desde la Dirección de Antropología Urbana se organizaron reuniones abiertas a la comunidad -virtuales y presenciales- para presentar las ideas y escuchar las opiniones de vecinos, inclusive también alumnos de escuelas primarias tuvieron un rol importante, imaginando como será la nueva plaza. Se podría decir que se desarrolló un modelo de participación virtuoso que desembocó en un diseño final de la plaza que se obtuvo a partir del consenso y acuerdos que establecieron compromisos para cada uno de los actores.

Entre las promesas que quedaron selladas, las autoridades les aseguraron a los vecinos que no iban a sacar los dos únicos árboles que tenía el predio, un ficus y una mora. Esos ejemplares iban a ser mantenidos en pie y formarían parte del futuro espacio verde.

La ejecución de la obra en una primera instancia iba a estar en manos de la Comuna 11 y la mayor parte del proceso participativo se realizó durante la gestión de Horacio Rodríguez Larreta. Cuando Jorge Macri asume como Jefe de Gobierno, decidió que los trabajos pasaran a ser responsabilidad de la Subsecretaría de Gestión Comunal. Desde ese organismo se sumaron a algunas de las últimas Mesas de Trabajo, cuando el proyecto ya tenía un grado de avance significativo.

El pasado 5 de marzo, luego del fin de semana largo de carnavales, se reanudaron las tareas en el terreno y para sorpresa de todos, los árboles, tanto el ficus como la mora, habían sido extraídos. Esto despertó el enojo de aquellos que tanta energía, voluntad y conocimientos pusieron apostando al trabajo conjunto y participativo, jamás pensaron que los compromisos y acuerdos no iban a ser respetados. El hecho despertó la angustia de comprobar una vez más que a “las palabras se las llevó el viento” y una decepción más de constatar que la autoridad pública no respeta la palabra empeñada con los vecinos. Por eso, con dolor los vecinos y vecinas que colaboraron en estas instancias no dudan en asegurar “nos mintieron”.

Quizás algunos lectores consideren que en el contexto de una obra, estos dos árboles eran “un cuestión menor” o que esos ejemplares serán “fácilmente reemplazables por otros retoños”. Los argumentos que sostienen los miembros del colectivo @unaplazaparavillasantarita confirman que mantener los árboles en pie tenía un valor especial, porque eran seres vivos saludables e iban a cumplir una función esencial en la futura plaza.

El render es muy lindo, pero los arbolitos que están dibujados en la realidad tardarán años en crecer

Al conversar con ellos, nos dijeron: “Nosotros teníamos garantizado que esos árboles iban a estar. Entonces… primero, faltaron a su palabra (…) y el segundo punto… es que los ejemplares que sacaron iban a ser la única sombra que iba a tener la plaza. ¿Cómo concebís un espacio verde sin sombra?... Ya con tan solo esos dos arbolitos iba a ser difícil estar en la plaza… ahora sin ellos y con los arbolitos pequeños que van a plantar, mucho más. Porque lo cierto es que no van a trasladar árboles de mayor tamaño de otros lugares porque ello implica mayores costos y un estrés para esos ejemplares que les dificulta mucho la adaptación al nuevo lugar. Así que seguramente vamos a tener árboles chiquitos que van a tardar muchísimos años en crecer, brindarnos su sombra y ser un cobijo para las aves. Las arboledas frondosas son las que pueden capturar CO2 (dióxido de carbono) y relentizar la caída de lluvia, además de disminuir la temperatura en los días de intenso calor. Todo lo que sucedió es grave, en dos sentidos: por faltarnos a la palabra dada y por sacar la escasa sombra que la plaza iba a poder tener”.

Los miembros de @unaplazaparavillasantarita también hacen hincapié en que el predio de avenida Jonte al 3200, donde se está construyendo la plaza, está catalogado como UP (Urbanización Parque), además que de la ley de expropiación se desprende que el destino del terreno era ser un espacio verde público. Ello implica que le cabe las generales de la ley de arbolado público (Nº3263) y a la par surge que se debe respetar la sentencia del Juez Scheibler que en el fallo que dictó intimando al GCBA a cumplir la mencionada ley, aseguró “No puede soslayarse que un árbol no es un integrante más del mobiliario urbano, fácilmente reemplazable, fungible en sus funciones como una farola, un banco de plaza o una parada de colectivos. Se trata de un ser vivo que nos acompaña y ayuda en el muchas veces difícil tránsito de habitar grandes ciudades. Alcanzar su porte majestuoso le irroga décadas de crecimiento y cuidados, por lo que todo lo que hace a la gestión de este patrimonio no puede ni debe efectuarse a escondidas de la comunidad, a la ligera y sin los recaudos que la ley y el Plan Maestro elaborado por el propio GCBA imponen”.

Basados en estos fundamentos, el colectivo es terminante: las autoridades que están a cargo de la obra “no pueden hacer lo que quieran con esos árboles, sean de la especie que sean (…). Y en todo caso, ante semejante decisión tendrían que haber puesto un cartel anunciando la extracción, deberían haber hecho una resolución y no podrían haber omitido pasar por la autorización de la Comuna dado que la gestión del arbolado es competencia exclusiva del gobierno local. Evidentemente, lo tomaron como parte de la obra muy livianamente. Aparentemente esta decisión (aunque nadie lo confirma) la tomó la Subsecretaría de Gestión Comunal dependiente del Ministerio de Espacio Público y cuya titular es Guadalupe Rossi, quien tiene a cargo la obra de la plaza”.

Para cerrar esta consulta, los vecinos también se plantean como interrogante ¿Cómo confiar ahora que lleven adelante todos los demás compromisos? Entendemos que debería ser así porque hay de por medio un expediente.”

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