sábado, 13 de julio de 2024

LA OPINIÓN DE ESPECIALISTAS

SALUD


SARCOMA


Un tipo de cáncer que suele desarrollarse en los huesos y tejidos blandos del organismo, frecuente en la etapa de la niñez y en adultos.


Escribe: Dr. SERGIO QUILDRIAN - Jefe Depto. de Partes Blandas / Unidad Funcional de Sarcomas y Melanoma del Instituto de Oncología Ángel H. Roffo.




El 13 de julio es el Día Mundial del Sarcoma. Se estableció esta fecha para dedicar un día especialmente a la divulgación científica y a sensibilizar a la población mundial acerca de este tipo de cáncer, que posee más de 150 variedades reconocidas por la Organización Mundial de la Salud (OMS).

¿Qué son?

Los sarcomas corresponden al 1% de los tumores malignos originados en adultos y un 15% de los tumores malignos de la niñez. Son tumores originados en tejidos blandos (en su mayoría músculos, tejido graso, tejido neural, vasos sanguíneos, piel y ciertos órganos) y en tejidos osteoarticulares (hueso, cartílago). Aproximadamente el 85% corresponde a sarcomas de partes blandas y el 15% restante a sarcomas óseos. Si bien la mayoría aparece en los miembros y el tronco, pueden desarrollarse en cualquier lugar del cuerpo.

La incidencia de este tipo de tumores es cercano al 1/100.000 habitantes para los sarcomas óseos y de 4/100.000 en el caso de los sarcomas de partes blandos.La gran mayoría de estos tumores se originan “de novo”, es decir sin un claro factor predisponente. No obstante, existen algunas situaciones que pueden aumentar el riesgo del desarrollo de un sarcoma como algunos síndromes genéticos, la exposición a ciertos tóxicos y el antecedente de haber recibido tratamiento radiante previo. Por lo general, los sarcomas de partes blandas aparecen como un “bulto” en algún lugar del cuerpo que va aumentando de tamaño paulatinamente y que además puede estar asociado a dolor. Los sarcomas de origen óseo además pueden cursar con dolor e impotencia funcional del miembro afectado. El tiempo de evolución es variable y depende de las características del sarcoma y su ubicación, por lo general tardan meses en hacerse evidentes. En el caso de los tumores originados en el abdomen el síntoma más frecuente es el aumento del perímetro abdominal, entre otras menos comunes. Una vez sospechada la presencia de un sarcoma se debe proceder a la realización de una biopsia que confirme el diagnóstico para luego evaluar el mejor tratamiento posible. Idealmente, la biopsia debe ser indicada y realizada por el equipo que llevará adelante el tratamiento definitivo con el objetivo de brindar celeridad en el diagnóstico y no comprometer el tratamiento posterior. Debido a la gran variedad de estos tumores el diagnóstico debe ser realizado por un anatomopatólogo con experiencia. A partir de aquí el equipo tratante evaluará la gravedad del caso (definirá la extensión de la enfermedad) y recomendará la conducta posterior.

Ante la aparición de un “bulto” en algún lugar del cuerpo se recomienda la consulta inmediata con su médico de cabecera, él le indicará los pasos a seguir (estudios, derivación a especialista, etc.). Si bien el único tratamiento con posibilidad de curación es el quirúrgico, sobre todo cuando la enfermedad está localizada, es importante que el manejo sea realizado en forma multidisciplinaria, ya que los pacientes pueden requerir además tratamientos con radioterapia y/o tratamientos con drogas en distintos momentos de la evolución.

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