jueves, 11 de abril de 2024

LA OPINIÓN DE ESPECIALISTAS

ACTUALIDAD ECONÓMICA


EL "PLAN CANJE" DEL GOBIERNO


Nos cambia inflación en pesos por inflación en dólares.
Una decisión riesgosa que amenaza la recuperación, a las PyMES y a toda la economía real.


Escribe: ARIEL VENNERI.

Consultor económico financiero. Fundador del Grupo MAHE.




Los más memoriosos recordarán la implementación del plan de “canje” en la década del ´90 por parte del gobierno nacional. El mismo buscaba incentivar la venta de automóviles e impulsar la modernización del parque automotor, otorgando un bono a quienes entregaran su vehículo usado a un desarmadero. Este bono, luego podía ser aplicado como un descuento sobre el precio de compra de un auto nuevo.

De esta manera se podía eliminar un “cachivache” que no servía por el ansiado O km.

Las autoridades económicas de la actual administración nacional están implementando un plan canje pero invertido, con la intención de reemplazar algo malo, por algo que es peor.

Si me tienen paciencia, trataré de explicarles pero sin aburrirlos demasiado…

A principios de enero de este año, y luego de la visita de Papá Noel y los Reyes Magos, después de una devaluación del peso del 118% aplicada en diciembre, recuerdo haber charlado con amigos y clientes, sobre las notables inconsistencias en las medidas económicas anunciadas por el nuevo gobierno.

En esas conversaciones, destacamos la falta de un programa sólido para estabilizar los precios frente a la inevitable escalada inflacionaria, que no podía ser frenada apelando, solamente, a una violenta recesión y el retraso de sueldos y jubilaciones. Por lo menos no, si se pretendía buscar una solución sostenible a largo plazo.

Efectivamente, lo más preocupante era la ausencia de un programa monetario claro. Para simplificar y evitar términos técnicos y “difíciles”, la cuestión es que, ante una inflación en alza, que difícilmente se reduciría a un solo dígito en un corto plazo, resulta ilógico que se haya establecido una pauta mensual de devaluación del dólar del 2% y que más aún, que se mantenga después de cuatro meses.

¿Por qué digo que es ilógico y que no se puede sostener? Mes a mes, el GAP entre inflación y devaluación del dólar impulsa un fenómeno que no es nuevo en nuestra historia económica más reciente: se genera una fuerte inflación en dólares.

En resumidas cuentas, el gobierno está aplicando una nueva versión del Plan Canje. Nos cambia inflación en pesos por inflación en dólares.

Mantener el dólar subvaluado, es decir, sobrevaluar artificialmente el peso, ha sido históricamente una tentación persistente para todos los gobiernos argentinos desde mediados del siglo XX hasta la actualidad. En algún periodo de gestión, y bajo una u otra variante, esta estrategia ha sido un fuerte estímulo ya que genera la “sensación” temporal y efímera de “derrota” de la inflación.

En una economía donde hasta las abuelas en sus casas siguen la cotización del blue con la misma pasión que la telenovela de la tarde, un dólar planchado genera sensación inmediata de estabilidad y éxito.

No todo es lo que parece…

Pero las consecuencias que genera el retraso cambiario son muy malas, profundas y difíciles de revertir. Esto se debe a que quita el incentivo a las exportaciones, aumenta la importación indiscriminada y asfixia a las industrias nacionales -particularmente a las PyME que son mucho más sensibles a la suba de costos en dólares-. Además, genera un aumento brusco del desempleo y la incobrabilidad, y desalienta la inversión local y extranjera. Todas “pálidas” que generan gravísimos problemas.



Si la inflación en pesos es mala, y a nadie hoy por hoy le queda dudas de esto, la inflación en dólares es la versión “XL” del mismo problema. Se pasa de la preocupación por los precios que no paran de aumentar por el temor a quedarse sin trabajo.

En la actualidad, hemos alcanzado un nivel de desequilibrio tan extremo que, por tomar un ejemplo muy llamativo, el costo en dólares de una canasta básica de alimentos en nuestro país supera en hasta un 50% el costo de la misma en países de la Unión Europea e, incluso, en un porcentaje mayor, en el caso de EE.UU. Para ponerlo en términos claros (y que despiertan el apetito), hacerse un asadito completo en España cuesta menos de la mitad que prender el fuego en la parrilla de casa. Un desequilibrio de esa magnitud no dura mucho. Se corrige con medidas que se deben tomar en forma urgente, o peor aún, se corrige por sí solo.

Mercado inmobiliario: ¿cómo está hoy y que va a pasar?


El desarrollo y construcción de inmuebles es una actividad más de la economía real, productiva, y por lo tanto, no escapa al daño que causa la inflación en dólares. Sin embargo, tiene una particularidad muy llamativa en el contexto actual y lo que sucederá resulta fácil de predecir.

En solo cuatro meses, el costo en dólares de construcción de un departamento promedio básico, aumentó nada menos que un 80%. Según Informe de abril de Costos de Construcción de Reporte Inmobiliario marcó un incremento del 26% en dólares solo entre febrero y marzo, y del 80% acumulado desde diciembre.

Ante este panorama la pregunta obvia es ¿qué va a pasar con los precios? y la respuesta, aunque suena raro, es simple: sin importar cuál sea el escenario, van a aumentar. Aunque la afirmación suena temeraria, en realidad no lo es, ya que se da con los precios un fenómeno bastante inusual. En las últimas décadas, al momento que se toman medidas de ajuste “ortodoxo” (devaluación del dólar, recesión), los precios de los inmuebles siempre se encontraban en valores altos, y las medidas adoptadas generaban una paulatina o brusca caída, según el contexto y magnitud del ajuste.

En esta ocasión, sin embargo, los precios de los inmuebles vienen de atravesar casi cuatro años de caída, por lo que se encontraban en niveles de “piso” similares a los de 2010/2011. Es decir, inusualmente, el ajuste se aplica con precios en mínimos.

Es por esto que, el incremento de precios resulta inevitable, sea cual sea el escenario:
Si el gobierno reacciona y toma medidas para frenar la inflación en dólares, y transita un sendero de recuperación, los precios van a aumentar por la mayor demanda de inversores que ven mejoras en el panorama macroeconómico y un escenario de precios demasiado bajos (como ya se empezó a observar hacia finales del año pasado).

Si el gobierno no toma nota de la poca sustentabilidad de los indicadores económicos positivos ni corrige los desequilibrios existentes, los precios también subirán, no ya por la mayor demanda, sino por la sencilla razón de que, ante un incremento de costos de la magnitud de la registrada a hoy, no podrá ser soportado por ningún desarrollador, a riesgo de fundirse.

Esto no quiere decir que, en un mercado tan atomizado como es el inmobiliario, no sigan habiendo oportunidades interesantes para comprar, pero ¡atenti! con esto habrá que ser muchísimo más prudente a la hora de evaluar cada oportunidad ya que el riesgo de mayores costos, paralización de obras e insolvencia del desarrollador será notoriamente mayor.

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