INAUGURACIÓN
MILAN
Ahora las personas intolerantes al gluten pueden disfrutar de ricas milanesas SIN TACC
Darío es fanático de las milanesas, pero conseguir unas que no le hicieran mal era casi una misión imposible.
Él es intolerante al gluten y este síndrome hace que daba consumir alimentos SIN TACC, es decir libres de avena, cebada y centeno. Para asegurar que los alimentos verdaderamente cumplan con las condiciones bromatológicas deben ser producidos y cocinados bajo estrictas condiciones que no permitan que se contaminen en ninguna de las etapas del proceso. Y estas garantías están avaladas por certificaciones otorgadas por el Estado.
Darío además, es un asiduo cliente de la Carnicería y Granja “El trébol”. El año pasado se atrevió a comentarle a Anabella Isa, una de las titulares de este emprendimiento, su necesidad y su intención de comenzar un negocio explotando un segmento del mercado que está insatisfecho por falta de oferta. Y le propuso armar juntos el proyecto. Ella podía aportar todo el Know how respecto del sector en el que está hace tantos años y él todo el sistema de marketing y ventas que es su especialidad, además de conocer en primera persona cuáles son las necesidades de quienes deben consumir SIN TACC.
Anabella analizó la oportunidad de negocio realizando un estudio de campo que dio como resultado que la mayoría de lo que existía hasta ese momento eran iniciativas artesanales orientadas a un segmento del consumo final muy limitado. El siguiente paso fue contratar a dos ingenieras en alimentos para recibir un correcto asesoramiento de manera de desarrollar el proyecto cumpliendo con todas las normativas que les permitiera tramitar las certificaciones y armar una fábrica con producción al por mayor para abastecer al comercio minorista.
Otro punto importante fue encontrar rebozadores que no solo cumplieran con la condición de ser libres de gluten sino también debían poder asegurarse la provisión y continuidad de entrega, al mismo tiempo que quedara un producto terminado rico y atractivo a la vista.
Esto tampoco fue sencillo. Anabella nos cuenta… “Conseguimos un rebozador que nos encantó, pero no nos aseguraban las cantidades que necesitábamos para nuestra escala de producción. Probamos otro rebozador de una marca reconocida, pero no nos gustó porque si bien el sabor de las milanesas quedaba rico, su aspecto no acompañaba la imagen que queríamos dar, las milanesas se veían oscuras y se desarmaba el empanado una vez hechas. Al final, conseguimos un rebozador sin tac hecho a base de harina de arroz y otros componentes que cumple con los estándares que buscamos”.
MILAN finalmente fue inaugurado en un local acondicionado que garantiza una cadena de producción totalmente segura. Está ubicado en avenida Jonte a metros de avenida Nazca. Por el momento se están haciendo milanesas de carne y pollo, en presentaciones de dos milanesas (una porción) con el objetivo de evitar cualquier tipo de contaminación de remanentes que puedan quedar en la heladera.
Con el negocio ya en marcha, Darío y Anabella ahora apuntan a la venta mayorista a dietéticas, granjas, carnicerías, restó y bares de la ciudad de Buenos Aires y zona norte del Gran Buenos Aires. A medida que se vayan consolidando, la idea también es ir ampliando la comercialización a otras zonas.
En estos primeros meses el éxito fue total!. Cada cliente que hace un pedido es cliente asegurado, porque MILAN se vende muy bien y gusta a los consumidores.
Forma parte del proyecto ir ampliando el catálogo de productos, incorporando variantes de vegetales y otro tipo de cortes de carnes, como también agregar más comidas, en función de la demanda del mercado. En este sentido Anabella nos aclara: “Cada trámite de certificación es muy costoso y queremos ir avanzando a medida que nos vayamos afianzando”.
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