jueves, 16 de noviembre de 2023

VILLA DEL PARQUE

DEL ARCÓN DE LOS RECUERDOS


ESTAMPAS DEL PASADO


Los recuerdos de un vecino, reflejados en la edición del Periódico "La Voz" del 27 de diciembre de 1947. 

Relata como fue la vida de los primeros pobladores de Villa del Parque cuando el barrio estaba naciendo y los desafíos que asumieron para que la urbanización y desarrollo llegue a estos pagos.


En este mes que nuestra villa cumple 115 años, es dable conocer algunos pasajes de la historia de nuestra "patria chica", aquella que ha hecho que tengamos un presente próspero. Esta información es valiosa porque nos sirve para dimensionar las experiencias de otros tiempos, para no repetir errores del pasado como así también para aprovechar buenos ejemplos que puedan potenciar nuestros días y ayudarnos a seguir construyendo un futuro mejor.
Revisando archivos del periódico “La Voz”, encontramos una interesante nota escrita especialmente "para este medio al cumplirse 20º aniversario de su fundación" por Don Gustavo Laporte, en 1947.

“ESTAMPA DEL RECUERDO: PANORAMA VILLAPARQUENSE”

"Villa del Parque, el ponderado Faubourg (*) de la Capital Federal, cumpliría el año entrante 8 lustros de existencia, vale decir, cuarenta años de vida activa, llena de acontecimientos, a cuál más interesante, hasta llegar a lo que es hoy.

Se inicia el año 1908, mostrándose a las miradas inquisidoras de los pasajeros del ferrocarril Pacífico [actual FSM], en sus trenes nocturnos, con una iluminación que llama realmente la atención: son focos de luz eléctrica potentes. Las manzanas de tierra, bien alambradas, sus postes bien pintados de blanco, de manera que el efecto es de gran atracción, pero carente en absoluto de población.

Una suntuosa mansión tenía la familia Bartoletti en la calle José Pedro Varela al 3200
(entre Cuenca y Campana). Años después en ese mismo terreno estuvo la
confitería Susan y hoy un edificio de varios pisos

Efectuados los correspondientes negocios, remates de lotes de tierra, desde luego con todo éxito, de inmediato surgieron las lindas casitas viviendas, después las mansiones suntuosas y por consiguiente sus moradores, que movidos por el mismo anhelo de superación constituyen prontamente en comisiones de fomento con el objeto de dotar al terruño de sus preferencias para la vida hogareña, de todas las comodidades, confort y además adelantos modernos.

A tal efecto, empezaron las reuniones vecinales en “El Trívoli”, único bar cervecería existente entonces muy cerca de la estación del ferrocarril Pacífico, edificio de madera, donde a más de las reuniones citadas se efectuaban otras de distinto carácter: la de fomentar la amistad entre los contados vecinos. Allí se bailaba la polonesa, derrochándose alegría, con mucho entusiasmo sin que nadie se rehusara a formar parte de la danza colectiva. Poco después, “EL Trivoli” era devorado por un incendio.

Luego apareció un cinematógrafo [1911] en la esquina de las calles Nogoyá y Helguera, de los hermanos Figliosi. También esta sala fue destruida más tarde por un incendio.

En la esquina de Campana
y Santo Tomé hay una réplica
de los faroles de alumbrado
público que se utilizaron
en los primeros años
(Gentileza Farmacia Daneri)
El entusiasmo entre la colectividad era cada día más contagioso y cada uno de los viejos y nuevos vecinos, se multiplicaban en pro del progreso y bienestar del vecindario. Es precisamente por eso, que habiendo desaparecido el fantástico alumbrado público, que sirvió para valorar la venta de los terrenos (*)2 y quedando en la mayor oscuridad la población era menester dotar al pueblo de luz en sus calles y a tal efecto se reunieron los vecinos y resolvieron aceptar provisoriamente la propuesta del señor Víctor Kuen, para instalar alumbrado a alcohol carburado. Pero duró poco, porque el vecindario quería mejor, se sentía capaz de esa exigencia, resolviendo finalmente, entre unos pocos vecinos responsables contratar directamente con la compañía primitiva de gas, la instalación de ese servicio público. Pero como este alumbrado era pagado por los beneficiarios, muchos de ellos eran remolones para el cumplimiento de ese beneficio y la deuda con la compañía aumentaba mes a mes. Entonces, esos mismos vecinos resolvieron hacer las gestiones necesarias ante la Municipalidad de la Capital, para que ésta se hiciera cargo de ese servicio público, obteniendo el mayor de los éxitos, ya que la comuna instaló el servicio de luz eléctrica y cargó con la deuda particular de los buenos vecinos que ascendía entonces a la suma de siete mil y pico de pesos.

También se festejaba las efemérides patrias. En una de ellas llevada a cabo en la cancha de Mappin & Webb, entre muchos números programados por la comisión de festejos, se realizaron dos fuera de programa y que vale la pena destacar en esta oportunidad. El primero fue una carrera cuadrera. Aquí aparecieron todos los tapados de la zona, incluso uno del pago, de propiedad del vecino señor C Spull, entonces empleado del Ministerio de Agricultura; el ganador fue precisamente el entrenado en Villa del Parque y de propiedad de dicho señor; los participantes fueron ocho caballos. El segundo número que fue precisamente el sensacional, consistió en una carrera entre los vecinos de 20 a 60 años, distancia de 100 metros. Fueron muchos los que tomaron parte, más que en la de los cuadrúpedos, resultando vencedor y en tiempo récord el doctor Julián Brunella, que parecía una liebre, por la manera de disparar. Demás está decir que todavía no se conocía ninguna calle pavimentada en Villa del Parque. La “polla” se verificó en la calle Pedro Lozano, de Terrada a Helguera; y la de los vecinos, en el césped de la manzana del club Mappin & Webb.

En esta foto, tomada desde la plaza
Aristóbulo del Valle se ve la primera
capilla que tuvo el barrio, demolida cuando
construyeron el nuevo edificio del Instituto Virgen Niña

Llegó el turno a la colocación de la piedra fundamental de la capilla de San Antonio del colegio Virgen Niña [1912], donada por el vecino, señor Antonio Cambiasso y bendecida por el señor arzobispo Dr. Mariano Espinosa, a quien acompañaba entre otros prelados, Monseñor Miguel de Andrea. Fue toda una odisea que el señor arzobispo y su cometida pudieran llegar desde la estación del ferrocarril Pacífico hasta la calle Cuenca y Baigorria, por falta de veredas y por haber llovido mucho la noche anterior.

Pero el primer pavimento para la villa estaba muy conversado y próximo a su realización. Finalmente llegó y aunque fue en forma triangular, momentáneamente, resolvió una situación tomada sumamente difícil por las continuas lluvias que habían transformado las calles en grandes baches, que las hacían intransitables. El pavimento arrancaba de la avenida San Martín, por Nogoyá hasta Cuenca, y desde allí nuevamente a la avenida San Martín, lo que vino a solucionar en parte, el reparto de los artículos de primera necesidad, pues los proveedores dejaban sus vehículos en el pavimento y hacían el reparto a pie y la clientela encantada.

El tranvía 86 cruzando el puente de
Avenida San Martín
Los vecinos no conformes con eso solo, continuaron con tesón ante las autoridades correspondiente sus gestiones en busca de continuas mejoras y así se consiguió la propagación del pavimento de la avenida Nazca, desde la calle Jonte hasta Nogoyá y, por ende, el recorrido de los tranvías 83 y 84 hasta la estación del ferrocarril Pacífico. ¡Qué alivio para el vecindario esta mejora!

La población aumentó considerablemente. El entusiasmo de los nuevos es mayor que el de los viejos, se salen de la vaina por aportar su grano de arena a la gran obra en marcha que no se detiene. Todos los días hay algo nuevo. Aparece en una de las reuniones de la C.D. de la [sociedad] de fomento, el Padre Fermín, cura de la Virgen Niña, que trae el mandato imperativo de su Ministerio: quiere una parroquia para Villa del Parque. La idea es acogida calurosamente. Se inician las gestiones y la parroquia Santa Ana se cristaliza de hecho [en 1924 se pone la piedra fundamental de su actual edificio, mientras tanto funcionó en otra locación. El 1º de octubre de 1926 se inaugura la nave central y en 1927 la iglesia recién terminada fue bendecida por el arzobismo de Buenos Aires, Mñor. José María Bottaro].

Club GEVP en 1940
El club Gimnasia y Esgrima de Villa del Parque, orgullo, honor y cumbre entre todas las instituciones de la localidad. El resuelve todos los problemas del vecindario y muy especialmente el de la juventud y ahora de la infancia, en todos los órdenes de la vida, deportiva, social y cultural. Ahí está enhiesto, mostrando a todo el país su monumental edificio, sus instalaciones modernas, impecables, servicios para sus asociados y su honestísima administración ejercida hasta el presente.

Es menester también mencionar a la Asociación Cultural “Helena Larroque de Roffo”, que al fundarse se llamó Asociación Cultural de Villa del Parque, Devoto, Talar y que [tras] la desaparición de la socia fundadora doña Helena Larroque de Roffo en homenaje a su memoria, se le puso su nombre.

Esta institución ha cumplido un vasto, extenso y fecundo programa cultural donde han ocupado su tribuna altas personalidades de las ciencias, artistas, etc. También debemos referirnos al “Círculo de Amigos”, institución compuesta por un número limitado de cien socios: edad para su ingreso 30 años cumplidos, para su egreso sin límite. Cualquier edad es considerada prematura. Este segundo hogar de hombres reposados la camaradería es su fin, como así también la amistad, el “mus”, el “tuti” cabrero y sin cabriar”, son sus características comidas especiales para los que están a régimen y también para los que no lo están; nadie queda descontento por el servicio ni por el precio, también hay billares y canchas de bochas, de manera que los niños tienen sus pasatiempos inocentes y no molestan en sus respectivas casas, con gran alegría de la familia.

Donde actualmente está emplazado el Banco Provincia (Cuenca 2755)
estaba esta finca que pertenecía a la familia Cambiaso

Y se cierra este ciclo breve de la historia antigua de Villa del Parque con la bienvenida Agencia 8 del Banco Provincia de Buenos Aires, insistentemente solicitada por el comercio local y todo su vecindario; después de agotadas las engorrosas gestiones ante las autoridades de la poderosa institución, el vecindario consigue que ese directorio instale en carácter de prueba, la citada agencia, pues desconfía de su éxito, contrariamente a la opinión general del vecindario. La Agencia se instala en la esquina de las calles Melincué y Cuenca y después de 10 años de función, pasa a ocupar su edificio propio [1936] vale decir que ya no se moverá de Villa del Parque, porque su arraigo es definitivo.

El mundo sigue andando, Villa del Parque seguirá volando como hasta el presente, porque con su vecindario tan entusiasta como el que tiene y una juventud pujante y decidida, si mucho han hecho sus antecesores en cuarenta años de vida activa, que es lo que no harán ellos en menos tiempo. Los viejos los animamos, los contemplamos y los exhortamos a continuar la lucha para que Villa del Parque llegue a ser lo que sus primeros pobladores vaticinaron.

Yo me inclino respetuosamente y me descubro ante el recuerdo de los buenos vecinos que durante esa larga jornada pasaron a la eternidad”.

Buenos Aires, 27 de diciembre de 1947

Notas:
(*)1 Faurbourg: es un antiguo término francés de significado similar a «suburbio»

1 comentario:

  1. Muy linda nota! Mi madre era vecina de Villa del Parque en esos años. Ella vivía en Marcos Sastre al 2600. Justamente en la fecha de la nota estaba cumpliendo 10 años. Me cuenta que Nogoyá era el centro comercial, que Melincué era más relevante que Cuenca y que cruzando las vías hacia Beiró ya no había comercio sino residencias, muchas de ellas señoriales. Gracias por este recuerdo barrial!

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