LA VIDA MISMA …
¡RECORDAR!
Escribe Lic. FELIPA MARÍA DE ABAJO
El tiempo no se detiene. Los días pasan y, de pronto vamos dejando aquellos muy cálidos, a veces demasiado, y vamos llegando a otros en los que va bajando la temperatura, el sol ya no calienta tanto, y se acortan las horas de luz de día. Cada uno de nosotros nos dedicamos a nuestros haceres, y así se va formando la historia. Y como siempre, un poco investigo y otro tanto recuerdo lo vivido y lo estudiado, para volcarlo al texto.
Mayo, el quinto mes del año, su nombre viene del latín maius, en honor a Maia, la diosa romana de la floración. A su vez, en la Biblia mayo es el mes de las flores y la primavera. Parece que también es un árbol o palo alto, adornado con cintas y flores que se ponía en los pueblos, generalmente en la plaza, y allí acudían mozos y mozas a divertirse con bailes y festejos. Durante este mes hay varias conmemoraciones y nombraré algunas: día del trabajo, la Cruz Roja, la minería, jardines de infantes, el bombero voluntario y, por supuesto en Argentina, el Himno Nacional y la Escarapela. Y hay una fecha especial: la Semana de Mayo.
Llega mayo e indefectiblemente vienen a mi memoria tantas experiencias vividas como docente, en un mes que tiene aroma a Patria. Los colores celeste y blanco, el alboroto en cada aula preparando algo lindo y emocionante para festejar la historia y lo que ella nos ha dejado, las mamás preparando los disfraces para que los niños representen su personaje en el acto, poner en marcha la imaginación para organizar toda esa movida. Sí, es bueno recordar. Y los niños quieren saber. Y así comenzamos a conversar las costumbres de esa época, tan diferentes algunas en comparación con las actuales. La población era muy reducida, las mujeres dedicadas solamente a las labores del hogar, los hombres a los negocios y las reuniones secretas ya que se vivían momentos decisivos para el futuro de la Patria. Era costumbre el uso de mantillas en las señoras, ocuparía casi todo el texto detallar las vestimentas. Muy usual realizar reuniones sociales en las casas iluminadas con velas, donde sonaban los acordes de música suave al piano. Y por supuesto el lugar clave de reunión, la plaza, con la Iglesia y el Cabildo.
Allí se vivieron horas decisivas que determinaron cómo se desarrolló la historia. Por ella desfilaban los numerosos vendedores ambulantes con sus productos tan variados. Cerca de la plaza el río, detrás del Fuerte, hoy Casa de Gobierno, la Casa Rosada. Al río acudían las empleadas del hogar a lavar la ropa, y al río también llegaban los barcos con mercancías. Amplia y vistosa, la vieja Recova.
Ha pasado el tiempo y tantas cosas y costumbres han cambiado, pero hay algo que creo, permanece, el amor por el suelo donde se ha nacido. Por esta Patria tan bella, tan extensa, tan rica, tan visitada por extranjeros que se maravillan ante sus paisajes. Y es que, de norte a sur, y de este a oeste nuestro país tiene todos los climas, todas las tierras para los tantos y tan diferentes cultivos. Nos asombran las montañas, los ríos, los valles, los glaciares, las playas, la agricultura, la ganadería, la minería. La mano de hombres y mujeres protagonistas que asombran con sus productos artesanales y con sus actividades profesionales de calidad. Aquí deseo nombrar a Felipe Pigna, profesor y escritor argentino, especializado en la historia de su país, guionista de una serie de historietas sobre temas de la historia, entre ellos la semana de mayo, con el objetivo de difundirla entre niños y adolescentes. Y es que como siempre digo, no se puede amar lo que no se conoce. Es bueno recordar nuestra historia. Nos vemos en la próxima!.
(FUENTES: formación profesional; apuntes varios, entrevistas, viajes. Colaboración ad honorem)
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