martes, 15 de noviembre de 2022

VILLA DEL PARQUE

DEL ARCÓN DE LOS RECUERDOS...


EL DÍA QUE HALLARON RESTOS DE UN GLYPTODON EN VILLA DEL PARQUE


Aunque parezca increíble, hace miles de años atrás las tierras que hoy ocupa nuestro barrio fueron hogar de seres vivientes de gran dimensión. Los restos de uno de ellos fueron descubiertos en un predio de la calle Marcos Sastre al 3000 y donaron al Museo de Ciencias Naturales. 




En el mes que se cumplió un nuevo aniversario de Villa del Parque, compartimos con los vecinos algunos pasajes de la historia del barrio que quizás las nuevas generaciones no conozcan. Y esta, creemos, es una anécdota digna de ser rememorada.

En un periódico La Voz del 31 de marzo de 1967 en un recuadro destacado de su tapa, rememora ese hallazgo arqueológico que había ocurrido años antes:

“No todos los días se registra en el medio local -como tampoco en otros- una noticia como la que reporta el descubrimiento de restos fósiles, y por lo mismo grande fue la sorpresa del vecindario al enterarse de que en el terreno ocupado por la fábrica de cierres de propiedad del don José Lebl, ubicada en la calle Marcos Sastre 3069 [hoy convertida en complejo habitacional que conserva prácticamente la misma fachada], se había producido tal novedad
“En efecto, al efectuarse trabajos de excavaciones en dicho terreno, fueron hallados a cinco metros de profundidad, restos de un glyptodon, cuya antigüedad data de hace 20.000 años.
“De acuerdo con los resultados del examen efectuado por la doctora Noemí Caffoi, del personal del Museo de Ciencias Naturales, repartición a la que se dio inmediata noticia del hallazgo, los restos son miembros del animal y su caparazón, no habiendo podido encontrar la cabeza, que se supone debió ser destruida durante la demolición y las excavaciones.
El glyptodon fue un mamífero desdentado, cubierto de un enorme caparazón, que lo asemejaba a un árbol gigante. Habitaba en los terrenos cuaternarios de nuestra América, hace un promedio de 50.000 años.

Edificio de la calle Marcos Sastre 3069

La noticia atrajo a gran cantidad de público al lugar del hallazgo y ello se explica, ya que conforme lo dejamos dicho, en Villa del Parque, no se había producido nunca semejante descubrimiento. Los restos fueron donados al precitado museo”.

¿CÓMO ERAN LOS GLIPTONDETES (GLYPTODON SP.)?

Como bien describe el artículo publicado en el medio local, el gliptodonte (Glyptodon sp.) era un animal acorazado que vivió durante el Pleistoceno en América del Sur. Estaba emparentado con los armadillos y el megaterio, y se extinguió hace unos 10.000 años.
Según fuentes científicas aseguran que Charles Darwin entre los miles de fósiles que recolectó durante su viaje por territorio Argentino, que hizo entre 1832 y 1833, se encontraba restos de gliptodontes. Los fósiles de Glyptodon fueron muy reveladores ya que le permitieron al científico establecer la conexión entre los armadillos modernos, como los que él cocinaba y comía mientras viajaba, con los gliptodontes prehistóricos, mucho más grandes, que encontró en los acantilados. Todo ello lo llevó a concluir que estas especies relacionadas habían cambiado a través del tiempo.

Los primeros restos fósiles del gliptodonte fueron descubiertos por el naturalista y jesuita inglés Thomas Falkner en 1760 a orillas del río Carcarañá, en Argentina.
El caparazón de los gliptodontes estaba formado por numerosas placas óseas de contorno poligonal en forma de roseta, que en los individuos adultos estaban soldadas formando una coraza rígida de grosor variable. Uno de los aspectos más llamativos de su anatomía era su esqueleto, que para poder soportar el pesado caparazón estaba modificado con la fusión de las vértebras dorsales, lumbares y sacras. Hay que tener en cuenta que estos animales podían medir más de dos metros y superar las dos toneladas.
Además de la gruesa coraza que protegía su cuerpo, la parte superior de la cabeza también contaba con un casquete que preservaba su cráneo. Igualmente, la cola estaba recubierta por un estuche óseo. La única parte de su cuerpo que estaba desprotegida era la región ventral, que solo estaba cubierta por gruesos pelos como cerdas. Sus patas eran muy cortas y acababan en uñas robustas con las que escarbaban el suelo en busca de raíces, ya que eran herbívoros.
Los gliptodontes han llamado la atención de los biólogos evolutivos debido a sus notables adaptaciones esqueléticas y a su aislamiento filogenético. Pertenecen al superorden Xenarthra que agrupa a osos hormigueros, perezosos y armadillos. En 1889, el paleontólogo argentino Florentino Ameghino publicó la primera filogenia de los gliptodontes, basada en las características óseas de la cola y los osteodermos del caparazón, y dedujo que estaban claramente relacionados con los cingulados, un orden del que actualmente solo sobrevive una familia. La datación molecular sugiere que los gliptodontes divergieron hace 35 millones de años y que sufrieron un aumento espectacular del tamaño corporal durante el Neógeno hasta su extinción al final de la última era glacial, como le ocurrió a la mayoría de la megafauna sudamericana.

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