NOTA DE TAPA
VILLA DEL PARQUE
Luces y sombras
Como ha sucedido en otros períodos, hoy han vuelto a surgir demandas comunitarias debido a un conjunto de problemáticas que se suceden en los entornos de la estación ferroviaria.
Escribe: Mónica Rodríguez - Dirección
Ubicado en el Oeste y en uno de los puntos más altos, Villa del Parque es con seguridad uno de los barrios más lindos de nuestra ciudad.
Dotado de una arquitectura ecléctica, cuando uno camina por sus frondosas callecitas se puede encontrar todavía con hermosos chalets estilo inglés tan característicos de las zonas cercanas a estaciones del ferrocarril, casas “tipo chorizo” que supieron levantar migrantes, la mayoría de las cuales hoy lucen recicladas y refaccionadas; construcciones donde aún brilla el estilo Art Decó mezclado con modernas edificaciones de altura que fueron ganando espacio año tras año. Y hasta un castillo en muy buen estado de conservación guarda una fascinante leyenda y se erige como un baluarte que reafirma un pasado señoril.
Villa del Parque - 1918 |
Como en tantas otras localidades, la estación ferroviaria inaugurada el 19 de abril de 1907 como parte del Ferrocarril Buenos Aires al Pacífico (actual línea San Martín) fue epicentro del nacimiento del barrio y motor para su crecimiento. A sus alrededores, se fue desarrollando el polo comercial a cielo abierto que se ha transformado en uno de los más pujantes de nuestra ciudad, contando en la actualidad con más de 1.200 locales que se extienden sobre Cuenca, Nogoyá y arterias transversales.
A lo largo de estos más de cien años de historia el área circundante a la estación fue también motivo de debates comunitarios en torno a sus posibles destinos.
Así lo corroboran las crónicas de las distintas épocas.
Originalmente la estación contaba con una quinta vía hacia el sur, que desembocaba en una torre de agua para las viejas locomotoras a vapor. Esta vía fue levantada al introducirse las locomotoras diésel. Su lugar fue ocupado por un baldío primero y un estacionamiento después.
El edificio central, ubicado en el andén 4 (sentido hacia el centro de la ciudad), poseía originalmente un cuarto de encomiendas, sala de espera de señoras, oficina de telégrafo y dormitorios para guardias nocturnas. Con la evolución demográfica y tecnológica, estos ambientes quedaron en desuso y se decidió tirar abajo las paredes para construir un gran hall frente a la boletería.
Villa del Parque 1970 |
Fue en 1972 cuando un periódico local se hizo eco de los dolores de cabeza que causaba a los vecinos de aquella época un terreno que había sido comprado al Ferrocarril, ocupado por dos galpones, montañas de escombros y basura que hacía que “Los pasajeros que aguardan el tren estuvieran estén cansados de ver las ratas correteando libremente”, comentaba la crónica. “Pero lo más insólito -decía esta misma nota periodística- es que “el puente peatonal de 50 metros de longitud que cruza las vías uniendo ambos lados de la calle Ricardo Gutiérrez, se encuentra en mal estado de consevación porque lo vendieron a un particular; precisamente, al propietario que compró los terrenos pegados a la estación y que se proponía desmantelarlo. Los vecinos se preguntan: ¿por dónde va a pasar la gente?”
Estación 2016 |
La década del ´90 trajo grandes transformaciones para esos sectores. Se vendieron parte de las tierras ferroviarias donde se levantarían luego Del Parque Shopping y algunos edificios de altura sobre la calle Melincué, a la altura de Helguera.
Con el ferrocarril cedido a la empresa Metropolitano se concesionaron terrenos lindantes a las vías desde Cuenca hasta avenida Nazca -del lado Norte y Sur- para emprendimientos comerciales y otros se otorgaron para ONGs realicen su labor, tal el caso de “Vivir sin miedo”.
Sectores del propio edificio central también fueron transformados en locales comerciales lo que implicó un abrupto cambio de la fisonomía interna de la estación.
Con el paso de los años, como sucedió con el resto de la red que operaba dicha empresa, entró en un período de decadencia hasta que sobrevino la rescisión de la concesión del servicio en los primeros años del siglo XXI.
También es dable mencionar que el sector de la plazoleta Williams fue durante décadas terminal de las líneas de colectivos 170 y 190 que unían Villa del Parque con municipios del oeste del Gran Buenos Aires. Ambas empresas dejaron de operar en el año 1998 sin haber sido transferidas a otras firmas, por lo cual esos recorridos se perdieron.
A partir de 2004 la empresa UGOFE llevó adelante la restauración integral de la estación, poniendo en valor la infraestructura.
Fue durante la gestión como Jefe de Gobierno de Anibal Ibarra que se decidió demoler todo el sector Oeste de locales, que estaban a la vera de las vías desde Cuenca hacia Campana, transformándolos en espacios de encuentro y a la altura de Ricardo Gutiérrez al 3200 se construyó un moderno edificio donde actualmente funciona la subsede de la Comuna 11 y el Registro Civil.
Poco después de esa intervención, el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires encaró la remodelación de la explanada y renovación total de la plazoleta Williams ubicadas frente al edificio principal de la estación.
A mediados del año 2013 comenzaron las tareas de elevación de andenes, para poder incorporar nuevas unidades cero kilómetros al servicio. Como parte de la modernización y puesta en valor del servicio, el puente peatonal fue techado y se construyeron nuevos refugios y boleterías sobre los andenes, complementarias a las existentes.
Entre 21 de mayo de 2018 y el 10 de julio de 2019 la estación Villa del Parque se convirtió provisoriamente en terminal de la línea mientras avanzaba la construcción del viaducto ferroviario en altura que abarca las estaciones La Paternal y Villa Crespo (ex Chacarita). Esa situación también trajo aparejada numerosos inconvenientes y quejas de los vecinos porque alteró significativamente la dinámica del barrio.
En 2019 el barrio volvería a recibir otro golpe con el cierre del Shopping Del Parque, que al día de hoy se espera su reapertura.
Actualmente los entornos de la estación vuelven a estar en debate y desde la comunidad se reclaman soluciones a diferentes problemáticas que se fueron suscitando y acumulando, requiriendo respuestas que deben provenir tanto del Gobierno de la Ciudad como de Nación.
Desde nuestra redacción elaboramos un documento que da cuenta de ello y refleja:
- Espacios públicos deteriorados, desprolijos y con evidente falta de mantenimiento.
- Áreas fantasmas provocadas por los predios abandonados que están bajo la responsabilidad de ADIFSE (Administración de Infraestructura ferroviaria Sociedad del Estado). Vienen hace años acumulando basura y objetos obsoletos de todo tipo. Estos terrenos que alguna vez estuvieron concesionados mantienen parte de su infraestructura y sería estupendo que aprovechando lo que ya tienen pudieran ser transformarlos en centros deportivos y de esparcimiento para niños y adolescentes, pudiendo también ser utilizados por las escuelas de la zona para sus clases de educación física y organización de torneos interescolares.
- Personas y familias enteras en situación de calle y en estado de extrema vulnerabilidad viven en estos entornos. En algunos casos, debido al deterioro cognitivo enfermedades y adicciones que padecen, se generan incidentes con vecinos y algunas de las personas que colaboran con instituciones comunitarias que tratan de brindarles ayuda han sufrido amenazas por parte de algunos de estos sujetos.
- Tanto es así que el área circundante a las vías desde Cuenca hasta avenida Nazca (lado Norte) la Policía de la Ciudad debió asignar consignas las 24 horas, debido al aumento de la inseguridad.
- Otro problema no menor sobreviene del túnel de avenida Nazca donde los transeúntes tienen miedo de atravesarlo porque no saben con qué o quiénes se van a encontrar. Un área desolada donde los atropellos y robos están a la orden del día. Precisamente mientras redactábamos este artículo, nos llegó la información que sustrajeron los espejos que servían para que los peatones pudieran prevenir quienes circulaban de la mano contraria.
Tenemos conocimiento que desde diferentes ámbitos del Estado y ante el reclamo vecinal e impulso de alguna entidad intermedia del barrio, se han hecho intentos esporádicos por dar algún tipo de respuesta, aunque los resultados son escasos y en pocos días suelen volver a fojas cero. Lo cual evidencia que estas problemáticas tienen numerosas y complejas aristas que no pueden pretender ser resueltas de manera unilateral por una autoridad específica, un organismo estatal en particular y muchos menos puede dejarse librado a la voluntad y tesón de las entidades de la sociedad civil. Se requiere un trabajo conjunto y articulado de distintos órganos del Estado, miradas interdisiciplinarias y respuestas interjurisdiccionales.
Por supuesto, una de las alternativas es seguir haciendo el juego del “Antón Pirulero” o que algún funcionario al que se acude continúe diciendo “no hay nada que se pueda hacer”...
Para encontrar soluciones debe primar la voluntad política de querer hallarlas, partiendo de escuchar la opinión de los vecinos, dando lugar a la participación y contribución de las organizaciones intermedias y de ciudadanos que puede ser muy útiles toda vez que conocen la matriz de estos problemas porque viven y trabajan día a día en el territorio, muchos de ellos contribuyendo denodadamente a mantener el tejido social y sostener una convivencia lo más saludable posible, bajo el imperio de estas circunstancias.
¿Usted qué opina?
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