NOTA DE TAPA
ALMA, CORAZÓN Y VIDA
De la Revolución de Mayo a la actualidad.
Escribe: Lic. MÓNICA RODRÍGUEZ - Dirección
Dentro de pocos días los argentinos celebraremos un nuevo aniversario de la Revolución que fue el primer paso institucional hacia lo que años después se transformaría en la declaración de nuestra independencia.
Quizás para algunos esta fecha patria solo se reduce al recuerdo de los actos escolares vividos en su infancia o a un feriado más en el calendario.
Pero lo cierto es que esos momentos históricos marcaron el inicio de un proceso no siempre lineal que duró varias décadas hasta lograr la organización nacional definitiva en 1853.
Corrieron en aquellos años ríos de tinta entre las diferentes posturas ideológicas y ríos de sangre, primero en la guerra de la independencia y luego en los enfrentamientos internos que sobrevendrían entre unitarios y federales.
En esos años, hubo hombres y mujeres que asumieron el protagonismo histórico para forjar las primeras pinceladas de nuestra Patria naciente y lo hicieron en pos de sus ideales y de los nuevos paradigmas que imperaban en la época centrados en la libertad, igualdad y fraternidad surgidos de la Revolución Francesa, como también del ejemplo que daban las naciones recientemente independizadas en territorio americano.
Y uno podría seguir recorriendo la historia de nuestro país y seguiremos encontrando esos ejemplos positivos que con sus más y sus menos nos traen a nuestro presente.
La palabra Patria proviene del latín patria, propiamente ‘país del padre’, de donde ‘tierra natal’, derivado de pater, patris . De la familia etimológica de padre.
Heredamos de nuestros padres este sinfín de anhelos, luchas, sueños y progreso concreto, en un país bendecido por la naturaleza que aún tiene grandes porciones de su territorio deshabitadas, que ha sido tierra de oportunidades para diferentes flujos migratorios que dieron y aportaron lo mejor de sí para dar prosperidad a Argentina.
Y a partir de ese “crisol de razas” conformado por los pueblos originarios y migrantes provenientes de los cinco continentes, nos fuimos constituyendo en la Nación que hoy conformamos. Y en este sentido también es útil precisar que significa este concepto porque nos determina como pueblo que se elige día a día para vivir y plenificarse como comunidad: “Conjunto de personas de un mismo origen étnico que comparten vínculos históricos, culturales, religiosos, etc., tienen conciencia de pertenecer a un mismo pueblo o comunidad, y generalmente hablan el mismo idioma y comparten un territorio.”
Quizás estas fechas patrias nos sirven para reflexionar de dónde venimos y hacia dónde queremos ir, sin desatender que atravesamos un presente con serios problemas y enormes desafíos. Pero al mirar por el espejo retrovisor veremos el ejemplo de generaciones y generaciones que lucharon denodadamente y cada una de ellas intentó superar los retos de su época. Verbigracia, Argentina el próximo año celebrará 40 años de democracia ininterrumpida, algo que nuestros padres y/o abuelos no pudieron gozar porque su vida cívica durante casi cinco décadas se vio interrumpida por continuos quebrantamientos del Estado de Derecho.
Es imposible establecer un parangón entre nuestra época y los años de la Revolución de Mayo de dos siglos atrás, pero haciendo un paralelismo, así como en aquellos años hubo patriotas y un pueblo capaz de romper con el yugo del colonialismo, como pueblo y nación nuestro mayor desafío hoy es lograr romper las cadenas que nos atan al subdesarrollo, al atraso y la pobreza. Se requiere una transformación profunda que nos vuelva a poner en el camino del crecimiento sostenible, aquel que alguna vez nos enorgulleció y convirtió al país en faro de Latinoamérica por ser una tierra donde el progreso económico iba de la mano del desarrollo social, la igualdad de oportunidades y la inclusión. Podemos hacerlo. Y si no somos capaces, seremos interpelados por nuestra posteridad.
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