CIUDAD

COMUNA 11

EL USO Y ABUSO DEL ESPACIO PÚBLICO

Pone en riesgo la integridad de las personas, conspira con la normal circulación y abre un debate social.

La pandemia nos dejó unas cuantas secuelas a nivel individual y también a nivel colectivo.

El relajamiento en ciertas normas de convivencia y la falta de acatamiento a las reglamentaciones sobre el uso del espacio público es uno de los puntos que hoy comenzó a abrir un debate social porque en algunos casos se transformó en abuso.

Lo cierto es que hay zonas donde los transeúntes y vehículos sienten que no pueden circular y deben superar una carrera de obstáculos, que en el caso de los peatones sanos y vitales puede ser un inconveniente menor pero para aquellas personas que sufren algún tipo de discapacidad, adultos mayores y padres con niños pequeños se puede transformar en situaciones infranqueables o una amenaza real. Lo mismo les sucede a los automovilistas que de repente se encuentran con mesas y comensales instalados en el medio de la calle sin ningún tipo de protección o a lo sumo algunos maceteros que de poco sirven a la hora de brindar seguridad y en realidad pueden convertirse en elementos que agraven los cuadros y generen más daños en caso de un siniestro.

Así, lo que comenzó al menos en la comuna 11, bajo el imperio de la necesidad y como permisos transitorios para que cientos de MiPyMES del sector gastronómico y otros rubros no debieran bajar definitivamente sus persianas y no se perdieran fuentes de trabajo por no poder operar en ambientes cerrados, se convirtió ahora en parte del escenario habitual, sin el menor control ni el ejercicio del poder de policía por parte del Estado de la Ciudad.

A tal punto es el descontrol que ciertas terrazas de bares construidas sobre la calzada, han clausurado paradas de colectivo y hasta tapan bocas de tormenta, lo que significa que cuando se obstruyan con basura, porque no se tiene acceso para la limpieza, y ante una lluvia de mediana intensidad posiblemente se generen anegamientos e inundaciones en esas áreas. Demás está decir que los vecinos también denuncian el aumento de roedores debido a los restos de comida que se cae debajo de estos emplazamientos.

Mesas, sillas y habitués del lugar en el 
medio de la calle sin la menor protección

En la implementación de estas medidas tampoco se previó que estas estructuras que se hacen literalmente sobre la calle y que no son desmontables, restan espacios de circulación vehicular y para estacionar en zonas que ya suelen estar colapsadas en determinadas franjas horarias.  Tampoco se han tomado medidas para contrarrestar esta merma, como la creación de nuevas playas de estacionamiento. 

Si estas terrazas fueran desmontables, los gastronómicos podrían instalarlas en los días de mayor demanda (normalmente fines de semana y por la noche) quedando liberadas las arterias durante los días laborables y en las horas de mayor circulación. Algo que tampoco fue previsto.

Y mientras el Estado es riguroso en cobrarle multas al vecino que comete la infracción de dejar estacionado su auto en la rampa de su garaje, el residente debe tolerar no poder transitar tranquilo por las veredas de su barrio, sentarse a consumir en espacios que ponen en riesgo su integridad física y generan inseguridad vial. 

Por supuesto, el descontrol en el espacio público también conspira contra aquellos empresarios que respetan y se ajustan a la ley, toda vez que estos corrimientos se transforman claramente en una competencia desleal.

Un bar avanzó cercando la vereda

Y como es usual en estos tiempos, las redes sociales se han convertido en espacios de reclamos y denuncias donde los usuarios se expresan, tratan de canalizar y visualizar las problemáticas que existen en sus territorios.

A propósito de un hecho ocurrido en el polo gastronómico de Villa Devoto el pasado fin de semana, donde un bar puso una cerca en plena vereda (ver foto) y fue publicado por el colectivo @distritodelvinoc11, resulta ilustrativo leer algunos de los comentarios de sus seguidores:

Por ejemplo, Ariadna.somoza puso “Es una locura. A mí me hicieron una multa por dejar un rato el auto en la bajada de mi garaje. ¡Pero si voy con el cochecito por Enciso NO puedo circular, siendo que es peatonal! El reino del revés."

Patricia.mazzola señaló “parece que la excusa de la pandemia a muchos le vino bárbaro para apropiarse de los derechos del ciudadano, los vecinos y del espacio público, cero conciencias ambientales, ni hablar del tránsito para personas con discapacidad, niños y adultos mayores (…) Espero que al menos si se hace visible en los medios se pueda poner un freno a tanto atropello!”

Abas446 expresó… “el abuso del espacio de las veredas y la calle pocas veces visto (…) totalmente desaconsejado para la inclusión, no videntes, sillas de ruedas, peatones que tienen que esquivar mesas y sillas… es muy difícil que todo eso esté en regla”.

Al respecto de este incidente nuestro medio se comunicó con el presidente de la Comuna para saber si el local gastronómico en cuestión disponía de los permisos pertinentes o tenían razón los vecinos que estaban reclamando. Y esto nos respondió Nicolás Mainieri: “Hablé con los dueños y les pedí que sacaran eso. A mí no me gustaba (…). Yo ya se los había pedido (anteriormente)”. Y continuó explicando: “Tengo hecho todo un relevamiento sobre todos los locales gastronómicos con todos los pedidos que se les va a hacer para emprolijar un poco y que convivan bien vecinos, comerciantes, el usuario que se sienta a tomar un café… Hay lugar para que todos estén cómodos…”.

Esperemos que las autoridades operen pronto, antes que el mal uso y abuso de los espacios que son de todos, no se convierta en escenario de una tragedia que debamos lamentar.