NOTA DE TAPA
COVID-19: ¿VACUNAS PARA TOD@S?
"…no se olviden que de una crisis no salimos igual. O salimos mejores o peores. El problema está en tener la inventiva para buscar caminos que sean mejores".
Papa Francisco.
La humanidad a lo largo de su historia ha padecido pandemias que significaron la muerte de millones y millones de personas e implicaron cambios sustantivos en las sociedades que las padecieron. La peste de Justiniano es la primera que se ha logrado documentar, le siguieron la peste negra, la viruela, la gripe española y otras más localizadas. Todas estas enfermedades tenían denominadores comunes: cuando aparecían atacaban a toda una población en poco tiempo, eran capaces de atravesar fronteras, sucumbían millones y millones de individuos, cambiaron el destino de pueblos enteros y muy posiblemente también hayan cambiado el curso de la historia.
La diferencia entre aquellas y la que hoy estamos atravesando es que este azote tiene escala planetaria y el Hombre, por primera vez y gracias a la ciencia y la tecnología cuenta con las herramientas para frenarla a tiempo.
El día sábado 8 de mayo, El Papa Francisco dio un mensaje filmado para el evento "Vax Live: The Concert To Reunite The World" y desde allí se unió al pedido que ya habían expresado otros líderes mundiales, como Lula, Biden, Macron, Putin, Guterres (secretario general de la ONU) y solicitó la "suspensión temporaria de derechos de propiedad intelectual" de las vacunas contra el coronavirus.
Mientras tanto, otros países de la Unión Europea y los propios laboratorios, rechazan la idea de liberar las patentes, aunque sea temporalmente.
Esta contienda está en pleno debate en la Organización Mundial de Comercio (OMC).
La postura de no querer compartir las patentes podría convertirse, quizás, en una especie de boomerang al convertirse en unas de las contribuciones que tiene el virus para seguir reproduciéndose y adquirir mayor resistencia.
¿Por qué?
Parece ser que algunos de los estados nacionales centrales y que son los que han financiado gran parte de las investigaciones que dieron lugar a las vacunas que se están aplicando en el mundo y otras que están a punto de salir a la luz, dudan en anteponer el Bien Común de la Humanidad a los intereses de un puñado de grandes grupos transnacionales. Todo esto a riesgo que esta inmunización que está siendo sumamente lenta y segmentada, producto de los "embudos" que se generan por la producción centralizada y concentrada en manos únicamente de las empresas que enarbolan la propiedad intelectual de las vacunas y por la acaparación que hacen unos pocos países de los lotes producidos, puedan dejar puertas abiertas para que el virus mute, como lo está haciendo, hacia variantes más virulentas y resistentes, como el caso de la cepa sudafricana y otras más recientes (indú, andina…) en las que las propias vacunas que se están aplicando den escasos o nulos resultados, y entonces sí, el mundo correría un riesgo aún mayor que cuando comenzó esta pandemia, y es que una parte de la especie humana termine siendo barrida por el poder acumulado del microscópico germen.
Algunos de los países centrales son aboslutamente conscientes que esta es una amenaza real y que la única manera de superarla es colectivamente. Han comprendido que ningún país ni comunidad podrá salvarse de manera individual a costa del resto. Se requiere un espíritu mancomunado y solidario para superar esta crisis porque elegir el camino del "sálvese quien pueda" en un mundo globalizado no solo conlleva un enorme costo para la salud pública de los países, con más enfermos y más muertos, sino también prolongar la agonía de economías semiparadas con gran candidad de sectores que actualmente están interconectados a nivel plantario y ven derrumbarse las empresas, multiplicarse el desempleo, la pobreza, la misería, hambrunas, muerte, violencia...
Si el debate de los líderes mundiales ante el imperio de esta necesidad se prolonga en el tiempo, el virus seguirá corriendo un poco más adelante que el Hombre y entonces sí, las medidas podrían llegar cuando sea demasiado tarde.
Y la historia siempre nos enseña.
Veamos un ejemplo virtuoso. Cuando ocurrió la epidemia de poliomielitis, hubo un médico que decidió no patentar la vacuna que había creado para que todas las compañías farmacéuticas del mundo puedan producirla, se la ofreció a todos los niños del mundo.
Albert Bruce SABIN, famoso por descubrir la vacuna contra la poliomielitis, RENUNCIÓ al dinero de patentes para permitir que se propague a todos, y benefició sobre todo a los más humildes porque esta enfermedad por sus características tenía más viabilidad en aquellos que tenían malas condiciones habitacionales.
Así, entre 1959 y 1961, millones de niños en los países de Asia, Europa y América fueron vacunados.
Hoy gracias a aquel bondadoso galeno y todas las campañas que siguieron décadas tras décadas la poliomielitis es una enfermedad de la cual quedan muy pocos casos endémicos en Pakistan, Afganistán y Nigeria. Y se están haciendo grandes esfuerzos para lograr que en pocos años quede erradicada de la faz de la Tierra tal y como ocurrió con la viruela que fue definitivamente eliminada en 1977.
Argentina registró un pico histórico de contagios de poliomielitis en 1956 -con 6.940 casos-. Cuando en nuestro país la vacuna Sabín comenzó a formar parte del calendario obligatorio de vacunación los casos disminuyeron drásticamente y el último diagnóstico de poliomielitis por virus salvaje (no vacunal) ocurrió en 1984 en Salta.
Entonces, uno se pregunta haciendo un condicional contra fáctico… si Sabín no hubiera procedido de la manera que procedió, cómo se hubiera propagado en aquel entonces esta cruel enfermedad que atacaba principalmente a los niños y cuántas más vidas se hubieran visto cercenadas?
Por eso, para finalizar, parece pertinente recordar las palabras del ilustre y generoso creador de la vacuna contra la poliomielitis, Dr. Sabín: "Muchos insistieron en que patentara la vacuna, pero no quise hacerlo. Este es Mi REGALO PARA TODOS LOS NIÑOS del mundo". Y esa fue su voluntad.
Excelente editorial, como siempre. Es muy dificil de entender que seres humanos que acumulan riqueza y tienen en sus manos la posibilidad concreta de combatir una pandemia prioricen seguir acumulando riqueza y que ningún organismo internacional pueda hacer nada para revertir esta actitud. Mientras tanto mas muertes, mas pobreza.
ResponderEliminar👍👏👏👏👏 Totalmente de acuerdo!!🙏🙏💜💜💜
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