DENUNCIA E INDIGNACIÓN VECINAL
“SIGA, SIGA EL BAILE…”
“Fiesta sin barbijo y muuucho alcohol”
..."En plena pandemia todos los fines de semana cientos de jóvenes se reúnen en la esquina (Av. Jonte y Llavallol) y nadie hace nada."
…Así cantaba Alberto Castillo. Por supuesto, lo hacía alegrando fiestas y los memorables carnavales de antaño. Uno supone que jamás este trovador popular hubiera suscrito este verso de su afamada canción en el contexto de la crisis sanitaria que nos envuelve producto de la pandemia de COVID-19 y que está nuevamente comenzando a castigar a nuestro país y especialmente a nuestra ciudad con números de casos que se espiralizan haciéndonos entrar aceleradamente en una segunda ola cuyo pico máximo resulta incierto.
Sin embargo, a algunos esto parece no importarles, inclusive a sabiendas que la mayor cantidad de contagiados que hay en este momento son jóvenes y niños, que las terapias intensivas han comenzado a tener problemas de camas y que todo esto, si se agrava, podría llevar a retrotraernos a fases con niveles mínimos de actividad, lo cual repercutiría inexorablemente en una economía ya extenuada.
Por supuesto es comprensible que las empresas tengan que trabajar pero todo debe hacerse manteniendo los debidos protocolos y medidas de seguridad. Del mismo modo, las autoridades deben hacerlas cumplir. El incumplimiento de las responsabilidades que a cada cual le cabe, podría desencadenar un efecto dominó de aumento exponencial de enfermos, colapso del sistema de salud, muertos, vuelta a Fase 1 y un nuevo parate de la economía que podría agravar aún más el delicado contexto en el que vivimos.
Es decir, es imprescindible que tanto la ciudadanía como las autoridades públicas, en todos sus niveles, asuman las responsabilidades y estén a la altura de sus funciones.
Dicho esto, veamos este caso en particular.
Desde octubre del año pasado, aquellos que participamos de las reuniones de seguridad pública de nuestra comuna - Comisarías Cercanas y FOSEP (Foro de Seguridad Pública), escuchamos de manera reiterada reclamos de vecinos sobre ciertas irregularidades que se dan en torno a un local ubicado en la intersección de Av. Jonte y Llavallol por diversos motivos: ruidos molestos hasta altas horas de la noche, chicos en estado de ebriedad, disturbios después del cierre por jóvenes que se quedan dando vueltas y eligen preferentemente los pasajes de las cercanías para continuar la “fiesta”, bebiendo hasta altas horas de la madrugada y hasta haciendo sus necesidades a la vera de las viviendas frentistas, mugre desparramada en las veredas como restos de las noches de juerga. Y esto se reitera todos los fines de semana.
La onda del lugar atrae a gran cantidad de jóvenes, y estos se congregan sin el menor distanciamiento y el uso barbijos tampoco tiene cabida entre los habitués.
En cada reunión de seguridad pública que reclamaron los vecinos, escuchamos los detalles expuestos, como así también los números de expedientes de las denuncias formuladas y fiscalías a cargo. Y así como lo escuchamos los simples vecinos de a pie también lo escucharon (y grabaron) los funcionarios y empleados presentes del Ministerio de Seguridad de la Ciudad de Buenos Aires, el Presidente y miembros de la Junta comunal, funcionarios y fiscales del Ministerio Público, autoridades policiales de la Comuna.
A lo largo de todos estos meses los residentes cercanos fueron agrupándose y organizándose para tratar de encontrar soluciones que les permita volver a la armónica convivencia social que siempre caracterizó a esta área que está justo en el límite de Villa del Parque y Villa Santa Rita.
Hernán, uno de los damnificados nos contó… “Hace alrededor de 10 días nos reunimos con el Comisario de la 11 y con un representante de la Comuna y nos prometieron que iban a venir a controlar la separación entre los chicos, policías que iban a venir a controlar que los chicos no salgan borrachos con el auto, que iban a sacar unas mesas fijas, etc… todo eso nos prometieron…”
Pero la indignación sobrevino cuando comprobaron, después de haber sostenido aquella reunión que “este fin de semana fue todo lo contrario, el Gobierno de la Ciudad les dio (a la cervecería) sobre Llavallol para que pusieran más mesas. Tenemos un enojo tremendo, porque… este fin de semana fue aún peor… en medio de la segunda ola, peor”
Quizás la bronca y la impotencia de no haberse sentido escuchado llevó a Hernán a hacer una manifestación pública desde su red social. Y hoy expuso esta problemática con una alta dosis de sarcasmo:
“Sos adolescente, vení no te pierdas fiesta clandestina permitida para vos y tus amigos y amigas. Vení Av. Jonte y Lavallol. Caba. Fiesta sin barbijo y muuucho alcohol. Avalada por la comuna 11 y la comisaria 11. Venite. Excelente música. Después podes mear y vomitar en la vereda y las puertas de los vecinos. Veniii covid asegurado para vos y tu familia. Te esperamos.
Esta es la realidad para todas y todos los que leen. Tuvimos una reunión con el jefe y comisario comunal. Y como verán todo sigue igual. Debe haber mucha platita para ellos. En serio, en plena pandemia todos los fines de semana cientos de jóvenes se reúnen en la esquina y nadie hace nada. Una vergüenza para Larreta y su gente.”
Acompañó su exposición con una ilustrativa foto que tomó otro de los vecinos y que “habla por si sola”.
Una vergüenza lo que hacen en ese local. Y el Gobierno de la ciudad? Y la policía? Suena todo tan turbio
ResponderEliminarHay que denunciar y si el gobierno de la ciudad no da pelota, entonces hay que publicarlo en redes y escrache en los noticieros
ResponderEliminarGente los gimnasios son exactamente lo mismo ( cuenca y santo tome ), la mayoria sin barbijo no mantienen la distancia y ni que hablar de que no controlan la cantidad de gente que ingresa. La anarquia en su maxima expresion es la sociedad en la que tenemos que convivir donde cada uno hace lo que se le antoja y las reglas estan pintadas. La unica opcion Ezeiza !!!
ResponderEliminarMucho dectreto pero control es la nada misma
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