ORIENTACIÓN EN ECONOMÍA
ECONOMISTAS A LOS 15 AÑOS
Cuando es un error creer que las buenas medidas económicas sólo pueden proceder de los grandes profesionales.
Escribe: Prof. Lic. MARIELA MARTÍN – Departamento de Economía
INSTITUTO EVANGÉLICO AMERICANO
Dar clases a adolescentes es un enorme privilegio. Es trabajar con ese niño que no abandonaron y, al mismo tiempo, con el adulto que está naciendo. Es recordar que aún, ya pasados muchos años, siguen siendo esas esponjas de jardín, ávidos de saber.
Cuando la motivación golpea sus puertas se sorprenden y nosotros somos testigos de su enorme potencial. La clave, a mi entender, es que ellos aún creen que todo cambio es posible, no tienen en su memoria promesas incumplidas, ni gobiernos que defraudaron su voto. Pueden ver el mundo desde n lugar diferente, virgen de desilusiones y aún no construido.
Tanto en la Orientación en Comunicación como en Economía, los alumnos en 3º año transitan la materia Economía. Su correlato con la realidad hace más sencilla la tarea del acto pedagógico.
Cuando la consigna de un Trabajo Práctico fue: ¿Qué medida tomarías en este momento, aún no tomada? (en plena cuarentena).
Las devoluciones navegaron en un mar de colores increíble. Desde subvencionar el combustible del personal de salud y trabajadores esenciales, hasta proveer a cada abuelo de una bolsa alimentaria básica e incluso asignar maestros particulares voluntarios a niños que lo necesitaran.
Leerlos era grato, leerlos cumplió con otro desafío que me propuse (cuando hubo que transitar la cuarentena) y la educación a distancia: la unión de los jóvenes con sus familias, la educación compartida que nutre, que potencia y que enriquece los saberes de ambos actores. Esto me recuerda el primer trabajo que realizaron para la materia: debían preguntarle al familiar más grande al que tuvieran acceso, qué hecho económico lo marcó y por qué.
Esta actividad es la que más disfruto desde siempre ¿saben el motivo? Porque los alumnos se conectan con sus propias historias que, hasta el momento, eran desconocidas, en la mayoría de los casos.
Transcriben los relatos de sus abuelos, historias de fábricas o negocios fundidos por devaluaciones, préstamos impagables por depreciación de la moneda, inflaciones lapidarias; y casi siempre el mismo final: abuelos y padres recuperados que les dejan como enseñanza la superación y la resiliencia.
Quienes mejor que sus propios afectos para explicarles que la Economía, los atravesará siempre, elijan la profesión que elijan y sigan el camino que sigan donde quieran que encuentren su lugar.
Entonces… ocurre la magia: opinan sin restricciones, proponen sin tener en cuenta los recursos necesarios (lo cual le proporciona absoluta libertad a su imaginación), permiten cuestionamientos, rechazos y perspectivas diferentes y vuelven a pensar. La tarea, entonces está cumplida. Ya no ven las medidas económicas como ajenas a ellos, el presidente no habla para otros, las obras públicas no las pagan los otros, los recitales gratuitos se pagan con impuestos, no da lo mismo lo público que lo privado, ni la desigualdad, ni el subdesarrollo.
Por todo esto y mucho más, cuando me preguntan si me gusta más mi tarea docente o mi tarea gerencial, les respondo sin dudar, que una solventa mis gastos y la otra mi alma.
IG: @iea.economia
No hay comentarios:
Publicar un comentario