ENTREVISTA
NORMA TOLEDO TORRES:
"En mi área las consultas se multiplican día a día"
Foto de archivo |
Durante largos meses se vio imposibilitada de ejercer su profesión y hasta de poder asistir a sus oficinas.
Sin embargo, y más allá de todas las limitantes impuestas por la pandemia, las consultas comenzaron a multiplicarse y la necesidad de encontrar respuestas en temas de familia, en general resulta perentorio.
Quisimos conocer qué está pasando en estas áreas porque sin duda la pandemia golpeó a los individuos, repercutiendo en los vínculos y en la convivencia.
P: ¿Cómo fuiste viviendo las diferentes etapas, primero de la ASPO (Aislamiento social, preventivo y obligatorio) y ahora de la DISPO (Distanciamiento social, preventivo y obligatorio)?
R: Cuando el gobierno decidió cerrar repentinamente aquel 20 de marzo, me sorprendí. En mi actividad la primera dificultad fue que los tribunales en capital no estaban digitalizados, algo que en provincia (de Buenos Aires), con ciertos inconvenientes, se venía llegando adelante.
Los dos primeros meses fue un parate total. Se frenaron todos los expedientes que se venían tramitando, salvo alguna que otra urgencia. Recordá que los profesionales tampoco teníamos permitido venir a nuestras oficinas, así que lo que no teníamos cargado en nuestras computadoras, había quedado en nuestros archivos sin posibilidad de acceder.
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R: Nuestra economía se vio resentida pero quienes trabajamos de manera autónoma sabemos que pueden generarse imponderables de diferentes índoles y debemos estar preparados para responder apelando a alguna reserva que se tiene especialmente apartada para paliar momentos difíciles como este.
P: ¿Cómo canalizaste esa imposibilidad de trabajar?
R: Al principio, como todos, un poco desorientada pero enseguida comencé a aprovechar ese “tiempo libre” para mantenerme actualizada, realizar capacitaciones y cursos sobre temáticas de familia. Leí y estudié mucho y hasta realizamos con colegas de Barcelona (España) un vivo para intercambiar experiencias de lo que pasaba en cada uno de nuestros países y como lo íbamos abordando y resolviendo.
Además, no transcurrieron más de dos meses cuando las consultas comenzaron a multiplicarse.
P: ¿De qué se trataron los primeros llamados?
R: En un primer momento la principal preocupación era no poder ver a los hijos. Con la cuarentena estricta los chicos de padres separados habían quedado en la casa de uno de sus progenitores con la imposibilidad que el otro padre lo vea fundamentalmente porque los traslados eran muy difíciles. Todo esto en las familias ensambladas fue aún más complejo.
P: Y después?
R: Semanas más tarde comenzaron las preguntas y cuestiones por Alimentos. Había padres que habían perdido su trabajo, otros tenían quitas en sus salarios y también estaban aquellos independientes a los que les había disminuido considerablemente sus ingresos. Por supuesto, en infinidad de casos se resintió el cumplimiento y pago de la cuota alimentaria. Y había que buscar soluciones rápidas porque de la otra parte quizás había problemas similares, los chicos seguían teniendo todas las necesidades básicas y los gastos fijos seguían corriendo.
Ahora aparecieron los problemas de pareja, divorcios, separaciones, gente que nos dice... “yo me fui de mi casa durante la pandemia y ahora quiero regularizar la situación.”
P: Y por el lado de la justicia los trámites son ágiles?
R: En un principio todo fue muy duro y difícil. El Colegio de Abogados tuvo que presionar para que pudiéramos volver a ejercer la profesión, aunque aún no está totalmente normalizada.
Si bien avanzó mucho el expediente digital, en Tribunales solo existen guardias mínimas, no encontrás a nadie. Antes, en determinadas circunstancias, uno podía intercambiar una consulta con el secretario del juez e inclusive con el magistrado mismo para poder avanzar en los casos de manera más ágil. Ahora las respuestas son esquemáticas, frías y no tenés a quien consultar de manera personal. Esto se tradujo en causas más lentas y demoradas.
P: Me comentaste que estudiaste mucho…
R: Sí, por un lado amo estar actualizada pero también es cierto que las circunstancias extraordinarias que nos están tocando atravesar hace que ante determinados casos uno deba agudizar el ingenio, leer jurisprudencia y apelar a cierta bibliografía me ha sido muy útil.
P: Me darías un ejemplo?
R: Hace un tiempito vino un muchacho que quería reconocer a su hija porque de otro modo la mamá no le iba a permitir verla. Este trámite que en épocas de normalidad es relativamente sencillo, con las oficinas públicas cerradas se complicó. Investigando descubrí que lo podíamos hacer mediante instrumento público ante un escribano. Y así procedimos. Ahora, estamos en la instancia de inscribirlo en el Registro Nacional de las Personas.
Otro caso fue el de una señora mayor que falleció durante la pandemia. Era dueña de un negocio. Algunos hijos trabajaban con ella y otros no, pero el problema radicaba en que los hermanos estaban peleados y no se hablaban. En consecuencia, con la muerte de la madre los hijos que no trabajaban en la empresa familiar dejaron de percibir su participación. Ante la consulta, trabajamos sobre un sistema de negociación con reuniones que se fueron sucediendo a lo largo de más de tres meses. Una vez por semana realizábamos los encuentros respetando un protocolo de distanciamiento y cuidados. Fuimos planteando propuestas que se transformaron en herramientas que permitieron llegar a un acuerdo de mediación.
P: Es decir, al contrario de lo que sucede en muchas otras actividades, en Familias al Derecho tienen mucho trabajo.
R: Realmente así es. Inclusive durante esta última feria judicial tuvimos un muy breve receso porque todo el tiempo nos están llegando nuevos casos. Más allá de las áreas que te comenté, también hay gente que estas circunstancias extraordinarias le han servido para tomar la decisión de emprolijar sus papeles.
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