UNA ESQUINA EMBLEMÁTICA
CUENCA Y JOSÉ PEDRO VARELA
Así se vio esta esquina por más de tres décadas |
Ana Graciela evoca que cuando ella era pequeña “solía ir con mi mamá y me acuerdo que tenía dos entradas, una por la ochava y otra sobre Cuenca, con grandes puertas de madera con vidrios, pisos de pinotea y la atendía el Sr. Blanco" hasta que a principios de la década del ´50 se transformó en una Proveeduría de la “Fundación Evita”.
El desplazamiento del señor Blanco de su comercio, como cuentan algunos vecinos, habría sido la causa de una profunda depresión que años después le ocasionó la muerte.
Lo cierto es que a partir de los primeros años de la década del ’50 esa esquina se transformó en una de las 181 proveedurías de la Fundación Eva Perón con el propósito de abastecer de artículos de primera necesidad a las familias en forma regular y a bajos precios.
Así luce la esquina hoy |
Y así, esa esquina pasaría al abandono y olvido por más de tres décadas, acumulando basura y siendo muro de pintadas, afiches comerciales y partidarios.
La familia Cassimiro que tenía una importante propiedad enfrente y dos hijos abogados, se suscribieron al plan treintañal pagando durante tres décadas los impuestos hasta conseguir la posesión y titularidad registral de ese predio.
Finalmente, cuando la propiedad tuvo nuevos dueños hacia principios de la década del ´90, volvió a tener un destino comercial, pasando por allí diferentes rubros: un restaurante de comida española y mariquería, una pizzería de las famosas franquicias que imperaron en la década del ´90 y finalmente la actual Panadería y confitería que volvió luego de la ampliación a darle la dimensión que el local tuvo originalmente.
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