EN DEBATE
PLAN URBANO AMBIENTAL
La columna vertebral de Buenos Aires
Si hay una ley medular que regula los temas más estratégicos de la ciudad en términos de desarrollo urbano y planificación, es el Plan Urbano Ambiental (PUA), una asignatura que la ciudad tiene pendiente hace 7 años y que debería haber sido tratado mucho antes que los Códigos Urbanístico y de Edificación que deben encuadrarse en esta ley madre, del mismo modo que deben hacerlo los códigos de transporte (que nunca se dictó) y el de habilitaciones y verificaciones.
A mediados de este año, el Gobierno de la Ciudad decidió impulsar la discusión del modelo de ciudad que debe imponerse y estar a la altura de desafíos tales como el cambio climático, la digitalización y la gobernanza metropolitana, al mismo tiempo que se garantizará una ciudad sostenible, resiliente, diversa y con perspectiva de género.
Este instrumento técnico-político, plasmado en la ley 2930/08, tiene como objetivos específicos:
- Mejorar la calidad de vida de la población.
- Promover un desarrollo más equilibrado y equitativo de la Ciudad.
- Generar el consenso y compromiso con los distintos sectores de la sociedad.
- Promover y hacer más eficientes las inversiones públicas y privadas en términos sociales, ambientales, urbanísticos y económicos.
- Promover la gestión integral entre las áreas gubernamentales de la Ciudad y las jurisdicciones metropolitanas.
- Tender a que todos los vecinos de la Ciudad tengan acceso a disponer de aire, agua y alimentos, química y bacteriológicamente seguros, a circular y habitar en áreas libres de residuos, de contaminación visual y sonora y ambientalmente sanas, al uso y goce de espacios verdes y abiertos;
- Preservar el patrimonio cultural, arquitectónico y ambiental.
El proceso de debates abiertos dio inicio a mediados de año y durante el contexto de aislamiento por el Coronavirus los encuentros se están desarrollando de manera virtual.
La actualización del PUA se puso en marcha a través del Consejo del Plan Urbano Ambiental (COPUA) del gobierno de la Ciudad de Buenos Aires.
Este proceso requiere la participación y compromiso por parte de las organizaciones vecinales, instituciones, cámaras, organizaciones de la sociedad civil, legisladores, y autoridades de las 15 comunas de la Ciudad. El trabajo es conjunto y la mirada antropológica surge como la herramienta que permite articular el abordaje de proyectos en términos de planificación urbana y territorial.
Desde el punto de vista teórico y en los papeles, el gobierno asegura se trabaja en simultáneo en tres instancias participativas que se retroalimentan y que ayudan a delinear un diagnóstico con perspectiva antropológica y territorial, para enriquecer y ajustar la planificación de estrategias de intervención pública a los problemas y necesidades concretas de los vecinos.
Nivel 1: Agenda estratégica de la ciudad.
Nivel 2: Plan de Comunas
Nivel 3: Lineamientos metropolitanos
El proceso se co-produce por niveles con socios estratégicos que van enriqueciendo cada nivel por separado y que nutre al conjunto.
En cada uno de los niveles supone que se trabaja en equipo con los diferentes actores sociales y gubernamentales relacionados a cada temática específica. Asimismo cada uno tiene una serie de productos asociados que quedarán como legado: Una agenda estratégica para la Ciudad, quince planes de comuna y lineamientos estratégicos para la región metropolitana de Buenos Aires.
Además el COPUA cuenta con el apoyo de la Secretaría de Desarrollo urbano de la Ciudad, que a través de las Direcciones Generales de Antropología Urbana y Planeamiento urbano están dando acompañamiento técnico a las distintas actividades y hay instituciones que conforman la Comisión Asesora Permanente, entre otros: CAI- Centro Argentino de Ingenieros, CPAU-Consejo Profesional de Arquitectura y Urbanismo, SAPLAT- Sociedad Argentina de Planificación Territorial, FARN-Fundación Ambiente y recursos naturales, SCA - Sociedad Central de Arquitectos…
Llama la atención que en esta como en otras oportunidades las instancias de diálogo y participación comunitaria en lo que respecta a las comunas estén tan alejadas de las instituciones naturales que prevé la Constitución de la Ciudad y la ley 1777 de Comunas.
El Gobierno de la Ciudad suele implementar “sistemas de participación” ad hoc, saltando la institucionalidad vigente y que sumado a la escasa y/o deficiente comunicación hace que merme sustantivamente la posibilidad de los vecinos y entidades de intervenir en el debate. A ello se suma que ante la pandemia estas discusiones son virtuales y el gobierno dispuso que la cantidad de participantes por cada encuentro virtual no puede exceder las 100 personas.
En las Comunas 9 y 11 donde ya se llevaron a cabo estas reuniones comunales “pasaron cosas” -como dijo alguna vez el Presidente Macri (mandato cumplido) y hoy ya forma parte del acervo popular-. En el caso de la primera, no fueron notificadas ni invitadas a participar las autoridades de la junta comunal ni del Consejo Consultivo.
En la Comuna 11 la reunión se llevó a cabo el 4 de noviembre y en este caso, ni los Comuneros oficialistas ni los de la oposición extendieron a las instituciones intermedias y vecinos de su distrito la invitación a formar parte del debate. Tampoco se notificó a los medios de comunicación regionales para que el evento llegara a oídos de los vecinos.
Muchos vecinos pueden pensar que este tema está lejos de sus vidas, pero hete aquí que todo los que se decida en esta materia, impactará de lleno en los próximos años en el día a día de todos los habitantes de esta ciudad.
La democracia se construye haciendo, no “haciendo que hacemos”, esto último es mero gatopardismo.
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