EDITORIAL
LAS LLAVES PARA VOLVER A ENCENDER NUESTRA ECONOMÍA
"...Las pequeñas y medianas empresas son claves para volver a encender nuestra economía, ellas siempre han sido los motores de crecimiento de nuestro país."
Escribe: Lic. MÓNICA RODRIGUEZ - Dirección
El pasado de 10 de diciembre los argentinos vivimos un día histórico: se realizó el traspaso de mando del Presidente saliente, Ingeniero Mauricio Macri al Presidente electo, Doctor Alberto Fernández, fecha que coincidió con el Día de los Derechos Humanos y de la Restauración de la Democracia -en recuerdo del 10 de diciembre de 1983 cuando el Doctor Raúl Alfonsín asumió la presidencia de una nación que estaba recuperando el Estado de Derecho.
Estos actos que para ciertos países son naturales en su devenir institucional, en el nuestro y en el continente aún tienen visos extraordinarios. Esta nueva asunción presidencial se realizó el día que correspondía y con todas las instituciones funcionando a pleno. Algo que merece ser destacado, sobre todo si tenemos en cuenta que nuestra sociedad atravesó más de cinco décadas del siglo XX minadas por constantes golpes de estado y en los últimos 36 años de la vuelta a esta ininterrumpida democracia, los cambios de gobierno han llegado en sucesivas oportunidades, en medio de profundas crisis institucionales, con traspasos de mandos adelantados, como en el 2001 que hubo 5 presidentes en una semana o el “accidentado” traspaso del 2015 que llegó de la mano de un presidente interino que fue nombrado tan solo por 12 horas. Si a ello sumamos, el actual contexto latinoamericano y la dificilísima situación socioeconómica que reina en nuestro país, no cabe duda que debemos celebrar esta consolidación de la democracia que los argentinos supimos conseguir.
Este cambio de gobierno se da en un escenario muy complejo.
El mundo de hoy y el que viene aún más, no deja a los países demasiado margen de maniobra. Ya no alcanza con poseer riquezas naturales, el principal motor de crecimiento con desarrollo humano está centrado en los habitantes: en sus conocimientos, en su capacidad creativa e innovadora.
Argentina padece, desde hace décadas virajes bruscos de modelos económicos antagónicos que han mortificado al extremo su matriz productiva hasta el punto de generar un estrés económico que la afecta de manera estructural.
La nueva administración del presidente Fernández ha propuesto en su discurso inaugural ante la Asamblea Legislativa un desafío trascendente, y es encarar de manera definitiva un proyecto pensando en el país a largo plazo, con un modelo de desarrollo sostenible asentado sobre bases de consenso multipartidario y multisectorial que arribe a una concertación y derive en un amplio pacto social que defina políticas de estado que no se pongan en tela de juicio cada 4 años.
Para ello, ha propuesto volver al modelo de capitalismo humanizado donde el Estado tiene un rol subsidiario para hacer todo lo que el privado no puede, no quiere o no sabe y a su vez garantizar la alimentación, salud, educación, trabajo y vivienda digna como piso para la inclusión, la igualdad de oportunidades y la paz social. Para esto promoverá una estructura productiva asentada en los pilares agropecuario, industrial, servicios, ciencia y alta tecnología, enfocándose en este primer tramo a impulsar el mercado interno para que vuelvan a despegar las economías regionales y las empresas de capital nacional, principalmente las Mipymes.
No hay duda que las pequeñas y medianas empresas son claves para volver a encender nuestra economía, ellas siempre han sido los motores de crecimiento de nuestro país.
Podríamos decir que está en su ADN porque cuentan con virtudes que le son propias: capacidad de producir riqueza, generar múltiples puestos de trabajo con mano de obra intensiva lo cual se traduce en arraigo local y una distribución geográfica más equilibrada de la producción, del uso de recursos y de la riqueza que crean; flexibilidad para adaptarse a los cambios tecnológicos y económicos y audacia a la hora de innovar en nuevos procesos, productos y mercados.
Los números hablan por sí solos. En la actualidad, a pesar de la hecatombe que llevó a una pérdida de alrededor de cincuenta Mipymes por día en los últimos dos años, permanecen en actividad alrededor de 600.000 (más de 200.000 están radicadas en la ciudad de Buenos Aires). Ellas representan el 98% de las empresas de la República Argentina, generan el 65% del empleo y constituyen el 45% del total de ventas.
Desde el ámbito público se ha manifestado el compromiso de trabajar mancomunadamente en una agenda de temas urgentes e importantes. Dentro de los primeros están: atacar la inflación para que paulatinamente vaya descendiendo, reducir las distorsiones en la formación de precios, modificar la presión tributaria para ir hacia un sistema impositivo más equitativo, establecer tarifas de servicios públicos que no ahoguen a la producción y al comercio, proteger a los productos terminados de nuestra industria y/o economías regionales, fomentar créditos blandos a tasas razonables para inversiones en bienes de capital e infraestructura.
En lo estructural, también se promete fomentar la innovación tecnológica, el aprovechamiento de las energías renovables, la capacitación permanente de los recursos humanos, alianzas estratégicas y asociatividad que apunten a ganar escala, eficiencia y eficacia.
El condicionamiento externo no es menor. Dicen que todo proyecto, por grande o chico que sea, debe ser capaz de pasar el filtro del financiamiento para tener posibilidades de éxito. El alto endeudamiento externo que contrajo nuestro país con vencimientos de compromisos a cortísimo plazo restringe el margen de maniobra y obliga a negociaciones hábiles, creativas y consensuadas con los acreedores pero que no perjudiquen a nuestro país ni lo dejen en una situación de virtual aislamiento.
Sin embargo, no podemos olvidar ni desconocer que del otro lado de la balanza se calcula que existen unos U$S 300.000 millones de argentinos en el exterior (y/o debajo del colchón).
Es imprescindible restablecer niveles de confianza basada en la previsibilidad con seguridad jurídica que propicien un clima de negocios y recreen un mercado de capitales propio.
Si se confirman los compromisos asumidos por las nuevas autoridades y se sostienen los acuerdos con la misma firmeza con la que los argentinos nos decidimos a defender la democracia que supimos conseguir, seguramente encontremos la directriz que nos lleve al país que todos soñamos.
Lo merecemos, por nosotros, por nuestros hijos y por nuestra posteridad.
Muy Feliz Navidad y que tengan un Bendecido 2020!
Mónica, tus palabras son los sinceros deseos de quienes amamos a nuestro país, y sin importar la bandera política, defendemos la república y la democracia. Dirás nos ayude e ilumine el camino de esta nueva gestión por el bien de todos.. Feliz 2020 !!
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