lunes, 22 de julio de 2019

EDITORIAL

ELECCIONES 2019

MODELOS EN PUGNA


Esta vez los ciudadanos tendremos la última palabra cuando metamos nuestros sobres dentro de la urnas.Nos cabe este rol crucial en esta bisagra de nuestra historia.


Escribe: Lic. MÓNICA RODRIGUEZ - Dirección

El próximo 11 de agosto los ciudadanos argentinos seremos actores protagónicos en la primera edición de un proceso eleccionario singular en el que no solo se elegirán nuevas autoridades o se confirmarán las que están sino que, a diferencia de otros comicios, estamos a punto de elegir a alguno de los modelos entre los que zigzagueó Argentina en las últimas décadas, marcando la senda definitiva al proyecto de Nación que deseemos construir.
Es tan determinante nuestra decisión que debemos hacer todo lo posible para analizar sesudamente cada uno de estos proyectos porque dadas las circunstancias socioeconómicas y el estado en que se encuentra la estructura productiva de nuestro país, una vez que demos vuelta la página será imposible volver atrás.
Si bien hay multiplicidad de ofertas electorales, hay dos que parecen tener mayores posibilidades de alcanzar el Poder Ejecutivo en un escenario que se presume polarizado.
Los invito a repasar algunas de las directrices de los proyectos que proponen “Juntos por el Cambio” y “Frente de Todos”.
El primero está representado por la actual gestión y piensa un modelo de desarrollo basado en tres pilares:
Agrotech: producción y exportación de granos (cosecha gruesa y fina), minería a cielo abierto, producción energética de gas y petróleo mediante el método de fracking en Vaca Muerta y energías renovables.
Fintech: nuevas empresas tecnológicas generan novedosos modelos de negocio a través de plataformas digitales, cuyo objetivo es agilizar operaciones de empresas, corporaciones e individuos, ahorro, crédito e inversión con instrumentos como las bitcoin, blockchain, ICO (Initial Coin Offerings – financiamiento de proyectos empresariales), billeteras digitales y más.
Desarrollo de la industria del software y culturales: El desarrollo de este sector del conocimiento y la creatividad aplicada a la producción y exportación de programas para diferentes usos, diseños de videojuegos, aplicaciones móviles, etc.
Este modelo de desarrollo no es generador de empleos masivos y requiere recursos humanos altamente capacitados en las áreas promovidas.
Es por ello, que no nos deben extrañar los anuncios de nuevas leyes de flexibilización laboral, reforma previsional y reforma tributaria, totalmente necesarias para dar el marco regulatorio ideal para que el modelo prospere.
En esta concepción, Argentina se inserta en el mundo a partir de roles muy específicos y entonces toma sentido la apertura con la rúbrica de tratados de libre comercio como Mercosur-Unión Europea y el que se impulsa Argentina/Brasil – Estados Unidos.
Llevar a cabo este proyecto implica para Argentina desandar un camino que comenzó en el año 1935 con el proceso de sustitución de importaciones y que pesar de los vaivenes sostuvo a una burguesía asentada en la industria nacional, las economías regionales, servicios y comercio, gran parte bajo el formato de PyMES, generadoras del 70% del empleo en nuestro país.
Es necesario decirlo, bajo este modelo sectores enteros difícilmente puedan reconvertirse y estarán condenados a desaparecer y con ellos también se pulverizarán miles de puestos de trabajo. Reinsertarse en el mercado laboral no será fácil para aquellos que no den con el nuevo perfil que el país demanda. Un contexto que seguirá erosionando el mercado interno, el consumo y por supuesto condicionará a los actores económicos que sobrevivan.
Un dilema no menor en una Argentina que tiene un índice de desempleo global mayor al 10% pero si lo observamos discriminado por segmentos de edades y sexo, supera el 23% en mujeres de 15 a 29 años y 21% en varones de esa misma edad, lo cual se traduce en 35% de pobreza y en que uno de cada dos niños y jóvenes en nuestro país no puede cubrir sus necesidades en alguna o más de las dimensiones esenciales (alimentación, salud, educación, vivienda, salubridad).
En el largo plazo, el nuevo modelo promete lograr los objetivos que se propone, aún cuando ello implique el sacrificio de dos o tres generaciones.

El “Frente de Todos”, está formado por una parte importante de la oposición, que a pesar de sus diferencias, ponderaron la unidad y proponen a la ciudadanía un proyecto nacional donde los sectores Primario (agropecuario, minería, energía) + Economías Regionales + Industria + Pymes + Ciencia y Tecnología serán las locomotoras de la economía real para aumentar la producción, mejorar la productividad, proteger el empleo existente y generar nuevos puestos para una prosperidad inclusiva.
Las políticas de desarrollo productivo priorizarán los proyectos que generen un incremento de las exportaciones y sustituyan importaciones de manera genuina. Del mismo modo habrá un régimen especial de inversiones para la explotación de Vaca Muerta y se fomentará la industria del turismo receptivo y social.
En todos los casos, el Estado tendrá un rol subsidiario para complementarse con el sector privado o hacer todo lo que éste no pueda, no quiera o no sepa, de manera de asegurar protección y promoción del bienestar económico y social de los ciudadanos, conforme a los principios de igualdad de oportunidades, distribución equitativa de la riqueza y responsabilidad pública en el acceso a la seguridad alimentaria, educación, salud, vivienda y salubridad.
Quienes llevan adelante esta plataforma aseguran que el proyecto que esgrimen solo es posible mediante la suscripción de un nuevo pacto social que se plasme en una amplia mesa de concertación nacional multisectorial y multipartidaria que sea el canal de diálogo institucional para que de manera ordenada se vayan abordando cada uno de los problemas y desafíos que tiene nuestro país por delante, de manera que las políticas públicas surjan del consenso y sean implementadas en esta primer etapa por un gobierno de coalición que convoque a los mejores hombres y mujeres para llevar adelante la administración nacional.
En síntesis, se trata de elegir entre un proyecto con claro sesgo neoliberal y otro que sigue los principios del Estado de bienestar.
En los últimos treinta y seis años Argentina logró estabilidad institucional, afianzando su sistema democrático, que aún con defectos logró establecer reglas de juego claras y pautas de convivencia que aseguran la gobernabilidad. Un salto cualitativo no menor, de madurez ciudadana y dirigencial en una sociedad que había sufrido en los anteriores cincuenta años interrupciones permanentes de los gobiernos elegidos por el pueblo, pero tenemos como asignatura pendiente plasmar el proyecto de Nación que queremos ser.
Esta vez los ciudadanos tendremos la última palabra cuando metamos nuestros sobres dentro de la urnas.
Nos cabe este rol crucial en esta bisagra de nuestra historia.

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