viernes, 12 de abril de 2019

COMUNA 15

LEGISLATIVAS

SE SANCIONÓ LA LEY QUE PERMITIRÁ CONSTRUIR 11 TORRES DE 17 PISOS CADA UNA EN LOS TERRENOS DE LA ISLA DE LA PATERNAL
La historia de estas tierras es el fiel reflejo de las desavenencias argentinas.


El Hospital de Pediatría que no fue.
Todavía recuerdo cuando de chica pasaba por allí con el colectivo de la línea 78.
A pesar que era muy pequeña me quedó impreso en la memoria la tristeza que me generaba ver la desolación de aquellas moles deterioradas por el tiempo de abandono, con los vidrios rotos y pastizales crecidos a su alrededor. Reinaba en ese lugar una total desolación.
Más grande comprendí. El complejo iba a ser un hospital de Niños, al que seguramente hubiese concurrido porque lo tendría a pocas cuadras de mi casa y mis padres hubieran apelado a él más de una vez. Pero no pudo ser. Las antinomias pudieron más.
El origen del conflicto en estas tierras se remonta a la forma en que el Estado se “apropió” de esos terrenos. Corrían los primeros años de la década del ´50 y regía la Constitución de 1949. Según esa Carta Magna el Estado tenía la potestad de confiscar tierras a privados. Y fue lo que hizo.

Cuando sobrevino la Revolución Libertadora, la Constitución del 49 pasó a la historia y volvió a entrar en vigencia la Constitución de 1853. Bajo la norma repuesta, los ex titulares del predio consideraron que habían sido damnificados y tenían derecho a la restitución de las tierras o a una indemnización, ya que la Constitución de 1853 reconoce al Estado el derecho a expropiar en nombre de un bien público superior, pero es condición que de una justa compensación a los titulares privados de ese bien.
Ahí comenzó un litigio que duró décadas.

Marzo de 1991 implosionan los edificios.
A mediados de los ´80 el terreno comenzó a ser intrusado y los edificios ocupados por familias en situación de vulnerabilidad.
Para fines de esa década, las condiciones de hacinamiento de quienes allí se alojaban eran prácticamente infrahumanas y el peligro de derrumbe una posibilidad cierta. Estas circunstancias bautizaron al lugar como “Albergue Warnes”.
El gobierno de Carlos Grosso con la anuencia de la Nación (recordemos que por ese entonces el intendente de la Capital Federal no era más que un delegado del Poder Ejecutivo Nacional) decidió erradicar a los ocupantes, trasladándolos a un barrio especialmente construido para ellos, e implosionar las construcciones.
Antes, ya se había llegado a un acuerdo con los descendientes de los titulares originales. La tierra fue adquirida por una empresa francesa de supermercados.
Imagen de las futuras torres.
El plan de la firma multinacional era de envergadura: además de instalar un hipermercado, tenía previsto construir un conjunto de torres de altura para viviendas. También se haría una escuela y para asegurar la fluidez del tráfico se resolvió eliminar el paso a nivel sobre Chorroarín y vías del Ferrocarril Urquiza, realizando un túnel. De todo esto, el proyecto de las torres fue lo único que se desestimó. En alguna charla a la que hemos asistido hace bastante tiempo, se mencionó que la empresa decidió no realizar el complejo habitacional porque las condiciones de la tierra se habían modificado con las implosiones que se hicieron para demoler el albergue Warnes. Se dijo que el suelo había sufrido un proceso de licuefacción y hacer las torres implicaba una inversión superlativa dado que edificios de tanta altura debían asegurarse con profundos pilares.
La licuefacción del suelo describe el comportamiento de suelos que, estando sujetos a la acción de la fuerza externa (carga), en ciertas circunstancias pasan de un estado sólido a un estado líquido, adquieren la consistencia de un líquido pesado o se transforman en una especie de polvillo.
Visto los altos costos, la empresa Carrefour ya hace años que se desprendió del predio que hoy está en manos de una constructora.
En este lugar hoy hay un bello parque que disfruta la comunidad. Ayer los 34 legisladores  del oficialismo que votaron y sancionaron la ley de rezonificación del área que permite la construcción de 11 torres de 48 metros de altura, condenaron a muerte al espacio verde.
Por supuesto, estos legisladores de "Vamos Juntos" en ningún momento escucharon a los vecinos que participaron, que fueron claros y tajantes, y que además, a pedido del propio Jefe de Gobierno, presentaron un proyecto alternativo bajo el número de expediente 362- P-2019 con más de tres mil firmas adherentes. Con la colaboración de profesionales expertos, la iniciativa vecinal buscaba unificar las parcelas privadas valorizando el pulmón verde como entorno ecológico amigable, proponiendo la reducción de las alturas y mejorar las condiciones de uso mediante la implementación de una mesa de consenso, trabajando entre las partes involucradas.

Para aquellos que no conocen el área, este sector está conformado por las manzanas ubicadas entre las avenidas Warnes, Chorroarín, las vías del Ferrocarril Urquiza, la avenida Del Campo y Garmendia se caracteriza por tener casas bajas, lo cual genera una atmósfera especial y un paisaje que acompaña al entorno de amplios espacios verdes que lo rodean: las facultades de Agronomía y Veterinaria, los jardines del Hogar San Martín, El Albergue Garrigós, el Cementerio de la Chacarita, el Club comunicaciones, el Hospital Alvear y el predio que ocupan los supermercados. Esto convierte al área en el segundo pulmón verde de la ciudad después de los bosques de Palermo.

Lamentablemente los representantes del pueblo que ayer votaron esta ley estuvieron muy lejos de priorizar el Bien Común.

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