lunes, 3 de diciembre de 2018

INSTITUTO SAN JUAN MARÍA VIANNEY

NUEVO MURAL

“JESÚS, MAESTRO Y GUÍA”


Realizado por el artista plástico Luis Quiroz


El muralismo es una forma de expresión artística cada vez más difundida. En distintas callecitas de los barrios de nuestra ciudad estas obras transforman paredes que de otro modo pasarían desapercibidas para convertirse en obras de arte ofrendadas al transeúnte. No solo embellecen el entorno sino que además transmiten un cúmulo de sentimientos, ideas y valores.
Tal es el caso del mural que se acaba de inaugurar en una de las paredes de la entrada del Instituto San Juan María Vianney, ubicado en Av. San Martín 4460, una obra realizada por el artista plástico Luís Quiroz.
Gracias al Padre Aldo Magadán, tuvimos oportunidad de conocer a este pintor especializado en el arte sacro y conocer un poquito de los códigos de esta expresión artística pero a la vez descubrir a un hombre multifacético, de profunda fé y enorme vocación.

P: ¿Sos de Buenos Aires?
R: No, nací en Santa Fe de la Vera Cruz. Actualmente vivo en un pueblito montañoso de Salta. Soy un poco ermitaño, pero esa soledad, la inmensidad del paisaje y estar rodeado de naturaleza es mi mayor fuente de inspiración.

P: ¿Cómo surgió la posibilidad de realizar este mural en el Instituto San Juan María Vianney?
R: Tengo un vínculo afectivo muy fuerte con esta comunidad, son como parte de mi familia. En esta parroquia pinté y realicé muchísimos íconos y tengo la dicha que tres de ellos hayan sido bendecidos por el Cardenal Bergoglio, hoy Papa Francisco. Una es la imagen de San Miguel Arcángel, otra es la escultura del Padre Pio. Ambos íconos tienen un grupo de oración y hay misas dedicadas a ellos.
Ahora se dio la posibilidad de realizar este mural que acabo de terminar y se llama “Jesús, Maestro y Guía”.

P: ¿Qué reflejás en esta obra?
R: En el mural se ve a Dios Padre en el Cielo, enviándonos el Espíritu Santo y al Hijo, Jesús, se lo ve con los brazos abiertos, recibiendo a los niños de todas las culturas y razas, sin excepción.
Este fue un diseño especialmente hecho para el colegio, pensando que aquí asisten niños de nivel inicial y primaria, en ese sentido traté de crear imágenes en las que ellos se sientan identificados.
Siempre que pinto lo hago en oración, tomando los Sacramentos y en estado de contemplación y meditación. Cuando estoy pintando, estoy rezando. Eso lo aprendí de San Benito que decía “Ora y labora”, que traducido significa que si uno puede rezar mientras trabaja, eso potencia todo. Mientras trabajo canto salmos, rezo constantemente y cuando termino el trabajo no se realmente como lo hice.

P: Tenés una profunda fe?
R: Sí, he sido monje benedictino y el arte sacro lo descubrí en ese tramo de mi vida. Al principio me formé en iconografía bizantina y arte románico por religiosos y sacerdotes de Argentina, Italia, Francia y Paraguay. Posteriormente realicé viajes formativos participando de seminarios, clases y talleres por Europa y Argentina.
Poco a poco le fui adquiriendo un estilo y le fui dando a mis obras un perfil latinoamericano.
Cuando me invitaron a exponer a un salón de grandes maestros contemporáneos de arte religioso en Florencia y Siena tuve un poco de miedo porque no sabía como iban a recibir mis obras en la cuna del Renacimiento. Sin embargo, gustaron mucho mis trabajos y a partir de allí me di cuenta que mi propuesta era renovadora, vital, de espíritu joven y con una impronta muy nuestra. Y que todo esto era apreciado y valorado.
En ese momento decidí dejar los hábitos para dedicarme de lleno a contar este arte, a enseñar lo que es el arte religioso, la simbología y empecé a dar clases de iconografía latinoamericana aunque intento imprimirle un código más minimalista y despojado que el que suele tener el arte sacro tradicional de América.

P: ¿Desde cuándo pintás?
R: Pinto desde muy chiquito. Comencé a los 5 años y siempre supe que quería ser pintor. En mi juventud también modelo de una importante agencia y actor.
En ese tramo de mi vida, quien me ayudó mucho a descubrir mi verdadera vocación fue Ricardo Darín. Estábamos filmando una película y él me dijo las palabras justas para jugarme por mi sueño. Ahí decidí ingresar al monasterio y me conecté con el arte religioso. Desde ese momento a hoy pasaron 26 años.
Paralelamente a la pintura y escultura sigo escribiendo obras de teatro, comedias musicales, he hecho varias películas como actor y director.

P: ¿Por qué elegiste pintar arte sacro?
Yo no se pintar otra cosa que no sea arte sacro. Intenté hacer obras de perfil más social pero no pude. Considero que uno pinta lo que tiene en el corazón, lo que crea. Así como hay artistas que pintan el espanto, el horror, yo pinto la esperanza. Y va más allá de la religión, tiene que ver con recuperar los valores.

P. ¿Dónde se pueden ver tus obras, das cursos?
R: Periódicamente realizo exposiciones en Argentina y en otras ciudades del mundo. Pero además, mis obras están en iglesias, conventos, monasterios y colecciones particulares de Argentina, EEUU, Italia y Uruguay. Por ejemplo en la Abadía del Niño Dios (Victoria, Entre Ríos), Via Crucis (Recreo-Santa Fe), Via Crucis y Refugio de la Virgen (Los Antiguos- Santa Cruz), Via Lucis (Puerto San Julian, Santa Cruz) Casa de retiros Madre Eufrasia (Rincón-Santa Fe), Campo al Vento (Umbria, Italia), Via Mater Dei - Paseo Municipal (Los Surgentes, Córdoba).
He dictado Cursos y Talleres de Técnicas Pictóricas, Arte Sacro, Teatro, Cine-Video, Actuación para Video y Crecimiento Personal. El 7 de diciembre comienzo una exposición en la cárcel de Salta y luego voy a dar cursos en el marco de un voluntariado que realizo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario