lunes, 29 de mayo de 2017

LAMENTABLE NOTICIA...

SALUD PÚBLICA DEFICIENTE

LA FALTA DE UN TOMÓGRAFO EN EL HOSPITAL ZUBIZARRETA SE COBRÓ UNA NUEVA VÍCTIMA

Juan Carlos Mandolesi  tanto el sistema público como el privado le denegaron la atención que hubiera necesitado, en tiempo y forma, para tener chances de salvar su vida.

En una nota publicada por el diario Clarín el 28 de mayo pasado, en la sección "Cartas al País", Patricia Campi relató el padecimiento de su cuñado, “tras caer de una escalera sufrió un traumatismo de cráneo que lo llevó a la muerte…”.
Y expresó… “La impotencia que sentimos es porque una vez que el SAME lo llevó al Hospital Zubizarreta (donde ni siquiera hay un tomógrafo) se solicitó el traslado a su prepaga ANDAR y el servicio de emergencia tardó 5 (cinco) horas en llegar para el traslado.
“No fueron suficientes los reiterados llamados de los médicos del Zubizarreta explicando la gravedad del paciente para que ANDAR enviara la ambulancia con rapidez y lograr el traslado al Santatorio de la Providencia para que le brindaran la atención médica que la gravedad de mi cuñado requería”.
Finalizó diciendo… “Nada va a devolverle a Camila (de 9 años) a su papá ni a mi hermana a su marido, pero esperamos que ANDAR y la emergencia se responsabilicen de tan terrible pérdida”.
El Doctor Juan Carlos Mandolesi murió luego de una semana de agonía en el Sanatorio que correspondía a su prepaga.

Aquellas instituciones y los miles de vecinos que venimos brengando incansablemente hace más de cuatro años ante la Comuna, el Poder Ejecutivo y Poder Legislativo de la Ciudad, para que se coloque un tomógrafo en el hospital Zubizarreta, no podemos menos que indignarnos y sentir una profunda frustración e impotencia por no haber podido lograr que las autoridades comprendan la gravedad y consecuencias de su indolencia. Y porque además sabemos que esta no es la primera ni será la última víctima… sabe Dios a quien le tocará la próxima vez…
Si el nosocomio hubiese tenido un tomógrafo, el paciente habría podido ser diagnosticado en las primeras dos horas de ocurrido el accidente, llamadas “HORAS DE ORO” y en las que los médicos quizás hubiesen podido acudir a diversos tratamientos. Para poner un ejemplo, en algunos tipos de terapias de ACV (accidentes cerebrovasculares), existe medicación muy efectiva, pero ésta solo puede administrarse hasta un máximo de cuatro horas posteriores a ocurrido el traumatismo.
Sin querer quitar la responsabilidad que corresponda a la prepaga en cuestión, hay que decir que las prestadoras privadas se dan el “lujo” de demorar los traslados, amparándose en que los pacientes están bajo “paragüas hospitalario”.
También es necesario remarcar que el Gobierno de la Ciudad FACTURA A LAS OBRAS SOCIALES Y A LAS PREPAGAS LA ATENCIÓN QUE LE DA A SUS ASOCIADOS.
Es decir, los vecinos de la ciudad de Buenos Aires tenemos una doble imposición para sostener la Salud Pública: a través del pago de nuestros tributos y aquellos que tienen coberturas privadas (obras sociales, prepagas, mutuales) cuando tienen que ser atendidos por una emergencia – como este caso – en un centro de salud dependiente del Gobierno de la Ciudad también abonan la atención que se les brinda a través del cobro que "La Ciudad" hace a la prestadora por los servicios brindados.
A pesar de todo esto a Juan Carlos Mandolesi tanto el sistema público como privado le denegaron la atención que hubiera necesitado, en tiempo y forma, para tener chances de salvar su vida.
Y entoces uno se pregunta ¿Cuál es la razón por la que se nos deniega la más básica e indispensable atención en salud?. ¿Cuántas personas más deberán morir para que el Estado se haga cargo de esta competencia indelegable? Por mejores que sean los médicos, no son magos, no tienen la barita mágica para diagnosticar sin el equipamiento necesario. Por más que tengamos la prevención e invirtamos en la mejor y más cara de las prepagas, si tenemos la mala suerte de "caer" en el sistema público donde faltan equipos básicos de diagnóstico, nuestras chances de quedar con secuelas permanentes o morir aumentan considerablemente...
El Zubizarreta es uno de los tres únicos hospitales de la ciudad de Buenos Aires –junto con el "Vélez Sarsfield" y el "Álvarez"- que carece de equipos de tomografía computada. Los tres centros de salud están a poca distancia uno de otro, en la región oeste de la ciudad.

Paradójicamente este hospital ubicado en el corazón de Villa Devoto es uno de los que atienden mayor volumen de urgencias, entre los 90.000 y 95.000 casos anuales (según estadísticas del Ministerio de Salud de la Ciudad de Buenos Aires -período 2008/2015), siendo el que más pacientes recibe por el Servicio de Guardia en la Región Sanitaria III (Oeste) de nuestra ciudad.

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