viernes, 25 de noviembre de 2016

EDITORIAL

NO A LA VIOLENCIA DE GÉNERO

25 de Noviembre: Día Internacional contra la Violencia de Género

Argentina está viviendo un verdadero flagelo en esta materia y las estadísticas hablan por si solas:
Una de cada tres mujeres es víctima de algún tipo de violencia.
324.000 mujeres anualmente son víctimas de violencia durante el embarazo
10 millones de niños presencian alguna forma de violencia doméstica
En los primeros 18 días del mes de octubre de 2016 hubo 19 femicidios lo cual habla de que una mujer muere víctima de violencia cada 21 horas. En los días subsiguientes las muertes por estas causas continuaron multiplicándose.
La campaña “Ni una Menos” y la reciente y multitudinaria marcha del “miércoles de negro” en el que miles de personas marcharon a lo largo y a lo ancho de todo el país contra los femicidios contribuyen a visibilizar y generar conciencia sobre esta grave problemática que desgraciada y cotidianamente ocupa a los medios de comunicación con desgarradoras noticias.
Pero las campañas solas no alcanzan y las frías estadísticas solo muestran la “punta de un iceberg” de las situaciones más extremas y aberrantes de un mal sistémico que atenta en lo más profundo, medular y esencial de nuestra sociedad, como es la familia.
Como bien dice la Doctora Norma Toledo Torres, especialista en Derecho de Familia: "existiendo multiplicidad en los factores antecedentes que llevan a la problemática de la violencia familiar, busquemos y reconozcamos las múltiples formas de prevenirla y también de tratarla."
Y aquí el rol del Estado es fundamental para implementar políticas públicas que logren articular con todos y cada uno de los actores sociales, en todos los niveles un sistema integral que apunte a la prevención y a establecer diagnósticos tempranos que permitan “encapsular” las situaciones de violencia y “aislar” a los violentos.
Para ello se requiere un férreo compromiso comunitario pero este será siempre insuficiente si el Estado no dota de eslabones eficientes donde apelar en cada una de las instancias, desde la formación de agentes multiplicadores que trabajen fuertemente en la prevención, asistentes sociales, apoyo terapéutico y jurídico, hogares de protección para las víctimas, organismos de seguridad y desarrollo social debidamente entrenados y con herramientas a disposición para poder actuar junto a una Justicia operativa y diligente.
La idea es establecer las alertas más tempranas posibles y no que recaiga exclusivamente en la víctima ante situaciones extremas y obligada por las circunstancias, por ejemplo, a gritar para alertar a vecinos, hacer un llamado telefónico o pulsar un botón antipánico.

Todos sabemos que la violencia de género es un delito. Consiste en un patrón de tácticas de coacción, entre las cuales puede estar el abuso psicológico y emocional, social, económico, físico y sexual por parte de un miembro de la familia o el núcleo familiar, novio o compañero sentimental, con el propósito de establecer o mantener el poder y control sobre la víctima.
En general, es difícil darse cuenta de que una persona tiene una pareja abusiva. Incluso a la misma víctima, a veces le cuesta notarlo. Tanto las víctimas de abuso como las personas que lo cometen pueden tener una personalidad y nivel socioeconómico muy diverso. La mayoría de las mujeres que tiene una pareja abusiva no lo comenta con nadie. Y en muchos casos, están convencidas de que ése es el trato que merecen.
Algunos indicios: abuso sexual, golpes y lesiones, temperamento violento, carácter dominante, aislamiento, cambios emocionales, los niños que padecen situaciones de violencia en el ámbito familiar suelen tener problemas de conducta en el colegio, son tímidos o retraídos y no se relacionan bien con otros niños.¿Dónde acudir? Línea 144: Contención, información y asesoramiento. Las 24 horas, los 365 días del año, en todo el país.

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