CENTENARIO INSTITUTO SCHILLER
ÉPOCA DE ANIVERSARIOS
Escribe: ALICIA BUJAN - Docente del Departamento de Ciencias Sociales.
Gentileza: INSTITUTO SCHILLER
Tres aniversarios “redondos” conmemoramos en este 2016. Dos son de carácter nacional: el Bicentenario de la Declaración de nuestra Independencia y el Centenario del primer gobierno (Hipólito Yrigoyen) que llegó al poder en comicios realizados bajo la Ley Sáenz Peña (que impuso el voto secreto, universal y obligatorio). Y el tercero es más doméstico: los 100 de nuestro Instituto Schiller.
Aunque parezcan hechos inconexos, en verdad podemos encontrar un hilo conductor entre todos ellos: la ardua y larga construcción de nuestra nación, de nuestro estado democrático.
La independencia no dio lugar a ninguno de ellos. Pasaría casi medio siglo para que se constituyera nuestro estado nacional, para que esa independencia jurada en esa casa del Tucumán se encarnara en un país unido. Y otro medio siglo más para que ese estado nacional se convirtiera en una verdadera república representativa (como lo proclama nuestra Constitución)y todos los argentinos (hombres) pudieran elegir libremente a sus representantes.
Todo ese largo camino de un siglo (1816/1916) vio levantarse “a la faz de la Tierra una nueva y gloriosa Nación”, como dice nuestro Himno Nacional.
Y es allí, en la construcción de esa Nación, donde confluyeron los millones de hombres y mujeres que cruzaron el Atlántico para buscar una mejor vida para ellos y sus familias. Y, a partir de esos proyectos individuales, dieron origen a esta Argentina de la que hoy somos parte.
El Schiller es parte de esa historia. Lo fundaron inmigrantes alemanes para preservar, esencialmente en su lengua, algo de aquello que habían dejado atrás porque eligieron quedarse en esta nueva tierra. No fueron los únicos: italianos, libaneses, judíos, españoles, franceses, armenios... La lista es larga. Levantaron escuelas, hospitales, bibliotecas, clubes , fundaron sindicatos, partidos políticos. Lucharon por ellos y por sus descendientes para crear una verdadera República.
Nuestra escuela fue, y es, parte de la historia de nuestra Patria. Los que formamos parte de ella somos un lazo de unión con ese pasado, de todos esos hombres que un día, jurando en esa Casa o cruzando el Océano, se convirtieron en argentinos.
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