jueves, 17 de marzo de 2016

EDITORIAL

Desde el mes de diciembre nuestro país tiene una nueva administración nacional que está tomando medidas que han transformado el contexto macroeconómico, social y político de nuestro país.
Dentro de esta realidad se encuentran inmersas más de 600.000 Mipymes – micro, pequeñas y medianas empresas - (10% de ellas industriales), de las cuales casi 230.000 surgieron en el período 2005/15. En total, representan el 99% de empresas de la República Argentina, generan el 60% del empleo y constituyen el 45% del total de ventas.
En la última década el 57% del crecimiento fue explicado por el consumo privado, gran parte dinamizado por el empleo MiPyME. Así, en los años de mayor crecimiento, gracias a este sector se ganaron entre 50% y 80% de los nuevos puestos de trabajo, en los años de crecimiento moderado o escaso (2008 y 2012) su rol en la creación de puestos de trabajo superó ampliamente al de las grandes empresas y en años de retracción (2009) mientras las grandes firmas redujeron ocupación las MiPyMEs la mantuvieron.

A la luz de estos números es indudable que el ciclo económico de la PYME argentina condiciona de manera determinante el ciclo económico del país. O dicho en buen romance, de acuerdo a como le vaya al sector, así le irá a la Argentina.
Las pequeñas y medianas empresas de nuestro país son fruto, en gran parte, de las sucesivas corrientes inmigratorias. La mayoría de origen familiar, nacieron para sostener al propio clan y se desarrollaron apostando a la inversión sostenida en  distintos sectores de la economía: agropecuario, industria, minería, comercio, servicios y construcción.
Crecieron en épocas de bonanza y  los fuertes vendavales de las recurrentes crisis económicas dejaron a muchas en el camino, otras lograron sobrevivir merced a sus estructuras pequeñas que les dio la posibilidad de adaptarse a los cambios y generar capacidad de resilencia, algo que le sumó saberes y prácticas necesarias para superar tiempos difíciles.
Hoy se necesita establecer nuevas metas, recuperar la inversión y un Estado que apalanque estos sistemas de producción, fundamentalmente para no perder los logros alcanzados y para que nuestras empresas ganen más mercado interno y nuevos nichos regionales e internacionales.
Las PYMES argentinas son un sector imprescindible y deben ser protagonistas en esta nueva etapa por su capacidad y dinámica de crecimiento para producir riqueza nacional, generar mano de obra y por su  arraigo local que permite una distribución geográfica más equilibrada de la producción, del uso de recursos y de la riqueza que generan; por su facilidad de adaptarse a los cambios tecnológicos, económicos y en muchos casos detectar nuevos procesos, productos y mercados. 
Es necesario que desde el ámbito público y privado se trabaje mancomunadamente en una agenda de temas urgentes e importantes. Dentro de los primeros está atacar la inflación, reducir y/o eliminar las distorsiones en la formación de precios, disminuir la presión tributaria con nuevas escalas hasta tanto se implemente una reforma integral y equitativa del sistema impositivo, tarifas diferenciales para la producción y el comercio, protecciones frente a productos terminados que compitan con nuestra industria y/o economías regionales, créditos a tasas bajas para inversiones en bienes de capital e infraestructura. En lo estructural, se deberá fomentar la innovación tecnológica, el aprovechamiento de las energías renovables, la capacitación permanente de los recursos humanos, alianzas estratégicas y asociatividad que apunten a ganar escala, eficiencia y eficacia.

Por último, el aspecto financiero. Desde algunos sectores se hace especial hincapié en la necesidad de apelar al crédito internacional. Sin menospreciarlo, no hay que olvidar que se calcula que existen unos U$S 300.000 millones de argentinos en el exterior (y/o debajo del colchón). Es imprescindible restablecer niveles de confianza, previsibilidad con seguridad jurídica que propicien un clima de negocios que recree el mercado de capitales orientado al desarrollo sostenible.

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