lunes, 1 de diciembre de 2014

LA OPINIÓN DE ESPECIALISTAS

SOCIEDAD

VOLARE…. OH OH OH  Uno de cada tres argentinos teme volar

Escribe: Lic. MÓNICA PEREYRA  -  Mat. 25.419


"Cada vez que subía a un avión lo hacía con miedo, sentía que iba a sufrir un accidente y que me iba a morir –recuerda Andrea Korbuth, terapeuta familiar, de 43 años-. No paraba de rezar durante todo el viaje... aunque soy laica. La verdad es que no sé a quién le rezaba, pero no podía parar de hacerlo."
El miedo a volar, que en casos como el de Andrea se transforma en una fobia, es experimentado por uno de cada tres argentinos, según una encuesta realizada por el Laboratorio de Estudios Regionales de Opinión Pública, de la UBA, y la Universidad Torcuato Di Tella.
Pero no todos los que temen subir a un avión lo confiesan: un tercio de ellos lo disimula, o al menos eso es lo que intenta.
"Trataba por todos los medios posibles de no llegar a Ezeiza –cuenta Estefanía Escudero, abogada, de 36 años-. Una vez arriba del avión, caminaba permanentemente, iba al baño mil veces; no podía estar quieta ni un segundo."
Tratar de posponer el viaje como hacía Estefanía o rezar durante el vuelo como Andrea son dos de las formas más frecuentes entre los argentinos de enfrentar las perturbaciones psicológicas que despierta el avión, revela el citado estudio realizado sobre 900 personas.
Tomar medicamentos (la mayoría de las veces sin prescripción médica), beber alcohol, llevar algún amuleto (siempre la misma corbata, una pulsera, un llavero) son otras formas frecuentes de afrontar esta situación que para muchos resulta sencillamente insoportable.
Es así que el temor a volar es distinto en cada persona; es una creación personal que por su intensidad y tipo tiene grandes variaciones, además de las notas en común que presente. Es una creación imaginaria y no una respuesta realista, pues de lo contrario la gente debería tener más temor a subir a un auto.

INFORMACIÓN, SE NECESITA
"Lo que la persona no sabe es que en la actualidad los aviones son el medio más seguro de transporte", afirma el doctor Claudio Plá, coordinador del programa Poder Volar, que trabaja sobre las fobias a los vuelos. Las estadísticas son elocuentes: se produce tan sólo un accidente por cada millón y medio de vuelos.
Sin duda  la información es una herramienta clave para poder ahuyentar los temores que despierta el volar en avión. Si el vuelo y el avión fueran lo que la persona con temor imagina, tendría razón en tener miedo, pero puede aprender que está equivocada y cambiar. El miedo a volar es un miedo aprendido, por lo tanto puede intentar desaprenderlo.
En todos los casos, el camino a seguir para liberarse de los miedos es individual. En el trabajo terapéutico el objetivo es ver, en cada persona, cómo es su miedo, y diseñar luego un abordaje a su medida. Es importante realizar un buen diagnóstico para ver el grado de evolución de ese miedo.
En algunos casos el miedo puede presentarse con un cuadro cercano al pánico, lo que hace necesario medicación, en otros, el temor puede ser menor, pero requiere sí una terapia que haga más confortable el volar. Lo cierto es que en el 90% de los casos las personas con miedo a volar mejoran.
"Siempre la pasé mal al volar, pero con el tiempo mi miedo se transformó en pánico, por lo que estuve tres años sin viajar en avión -cuenta Giovanna, diseñadora, de 45 años-. Entonces, decidí comenzar un tratamiento. Pese a mi reticencia, acepté tomar una medicación cotidiana para disminuir mi nivel de ansiedad, ya que me explicaron que en mí el miedo a volar era parte de un problema más amplio. Bajo tratamiento realicé varios vuelos, y disfruté por primera vez en mi vida. Mi consejo: no dar vueltas y hacer un tratamiento. ¿Para qué sufrir si se puede evitar?" afirma Giovanna.

BOTIQUÍN A BORDO
Antes: si es posible, dejar libre el día previo al vuelo con todo listo y tomar un baño de inmersión. Comer hidratos de carbono (pastas, pizza, arroz, dulces) tres horas antes de volar. Ir al baño antes de embarcar.
Ayuda en grageas: de ser necesario, el psiquiatra indicará algún ansiolítico de alta potencia para el vuelo o en casos severos el tratamiento con un inhibidor selectivo de la recaptación de serotonina.
Relajación: contar las respiraciones para que el tiempo de salida del aire sea mayor que el de la entrada. Identificar los lugares de tensión muscular y relajarse al espirar. Las visualizaciones (por ejemplo imaginar o recordar un lugar muy lindo y sentir que se ingresa allí) dan sensación de más seguridad.
En vuelo: comer poco y tomar sólo una copa de alcohol. Tomar un vaso de agua por cada hora de vuelo (diluye la adrenalina) y una aspirina cada 12 horas para evitar coágulos. Mover las piernas y si es posible caminar. Sentarse antes del ala, hay menos ruidos y movimiento.
Al natural: usar ropa cómoda zapatos sin taco, y con suela de goma o zapatillas. Prescindir del maquillaje y lentes de contacto.
Distracción: llevar libros de chistes o textos divertidos y un bolso con todo lo necesario.
Turbulencias: colocar la almohada, manta o un abrigo doblado sobre el abdomen y ajustar fuerte el cinturón: eso sujeta las vísceras e impide la sensación desagradable de los movimientos.

Consultas:  (15)33045229  / 4504-3958

1 comentario:

  1. Tenemos que diferenciar "miedo" de "fobia"....Las fobias paralizan, son diferentes al miedo, aunque tienen en común que no nos permiten vivir adecuadamente. La Programación Neuro Lingüística (PNL), cuenta con técnicas sencillas para tratarlas, por lo general con una sóla sesión. Si no se soluciona en 40 minutos, tendremos que buscar el beneficio secundario que obtiene la persona para persistir en su problema. El Dr Richard Bandler desarrolló este método sencillo que dejó (y sigue dejando) atónitos a sicólogos y psiquiatras y le dió fama mundial tanto a él como a la PNL. Antes de medicarse, prueben.

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