miércoles, 19 de noviembre de 2014

EDITORIAL

HACIA EL PAÍS QUE QUEREMOS...

Escribe: Lic. MÓNICA RODRIGUEZ - Dirección

Hace pocos meses el diario francés Le Monde publicó un artículo titulado “Lecciones Argentinas”. Se trata de una nota en la que el cronista -Jean Pierre Petit- intentó esbozar un siglo de nuestra historia: desde el prometedor “granero del mundo” de principios del siglo XX hasta una Argentina que según el autor va cayendo en una progresiva decadencia que nos lleva a “un gradual descenso al infierno”.
Esta mirada de un observador externo puede servir como punto de partida para la reflexión. Más allá de la opinión que a cada uno le merezca el artículo, vale como disparador para un análisis de nuestra Argentina actual y su posible proyección al futuro.
Todos conocemos el gran potencial de nuestra tierra. Basta haber viajado por las diferentes provincias para ver la riqueza que ostentamos en recursos naturales y materiales. No menos trascendente son nuestros recursos humanos formados -aquí y en el exterior-, algunos de los cuales han vuelto al país en la última década, gracias a una política clara que le devolvió la iniciativa a la ciencia y tecnología vernácula. Otro aspecto es el ahorro de argentinos, estimado en U$S 220 mil millones.
Tenemos todos los ingredientes para transformar en acto todo ese potencial y convertirnos en un país desarrollado.
Sin embargo, aún no lo hemos conseguido. Cabe preguntarnos ¿Cuáles son las causas estructurales que nos mantienen en el subdesarrollo y por qué caemos en crisis cíclicas que borran de un plumazo años de sacrificio, ahorro y trabajo de argentinos que pretenden forjar un futuro mejor?.
Una primer respuesta podría ser que la culpa la tiene el “otro”, llámese crisis internacional, influencia de las grandes potencias, el poder de las transnacionales, etc. Si bien esto forma parte de la realidad de un mundo que cada día se parece más a una “aldea global”, hay otras aristas que nos son propias.
Durante parte del siglo XX y en lo que va del siglo XXI los argentinos no hemos podido, no hemos querido o no hemos sabido cristalizar un Proyecto de país consensuado, a partir de una visión geopolítica que comprenda primero hacia dónde va el mundo, y en ese contexto pergeñe cual es el rol que Argentina puede aspirar a ejercer al menos en las cinco décadas por venir.
En los últimos 30 años hemos logrado sostener y consolidar la democracia y eso no es poco en un país que había pasado los anteriores 50 años convulsionado, vapuleado por golpes de Estado, proscripciones y breves períodos con gobiernos elegidos por el pueblo.
Haber encontrado una relativa estabilidad en el sistema político no alcanzó para establecer las bases del desarrollo. Los sucesivos Gobiernos, con sus aciertos y desaciertos, quisieron imponer sus propios modelos. La clase política fue incapaz de sostener un diálogo institucional y no se aprovecha aún la potencia de la democracia participativa como motor para enriquecer al sistema político e institucional.
Por ello, aún hoy mantenemos…
- Un sistema institucional débil.
- Partidos políticos con escasa representatividad.
- Política exterior pendular (desde las relaciones carnales con las principales potencias hasta políticas prácticamente de aislamiento).
- Política económica errante con sucesivas crisis: Rodrigazo, crisis de 1980/82, hiperinflación, crisis del 2001 y el momento actual que nos encuentra en una situación recesiva con una inflación inquietante que puede agravarse si no se toman las medidas adecuadas.
- Inseguridad Jurídica
- Corrupción
- Inseguridad pública – narcotráfico
- Falta de políticas educativas y de salud consensuadas y pensadas para el largo plazo.
- Falta de políticas de desarrollo social consensuadas y articuladas que logren revertir de manera definitiva la pobreza estructural.
- Crisis energética, a pesar de tener reservas petrolíferas, gasíferas y energías renovables (solar, eólica, hidráulica, geotérmica, principalmente)
- Podríamos seguir enumerando...
Estamos de cara a una nueva elección presidencial, con candidatos que dentro de su quehacer, su mayor desafío es conformarse como verdaderos hombres de Estado.
Valorando y reconociendo todo los que supimos construir, debemos continuar trabajando para no perder lo alcanzado y aspirar de manera concreta y real al desarrollo. Pensando en las próximas generaciones y no tan solo en las próximas elecciones, sería un momento oportuno para concretar un Congreso de Concertación Nacional Multisectorial y Multipartidario que incluya a todas las Economías Regionales para trazar un Proyecto de Nación para los próximos 50 años donde se acuerden las bases y estrategias para el desarrollo sustentable.
A partir de allí, el compromiso de mantener, gane quien gane los sucesivos procesos eleccionarios, Mesas de Diálogo Institucional Permanentes que midan los grados de avance y se constituyan en crontralores de las políticas públicas, los planes y programas acordados en cada una de las áreas.

2 comentarios:

  1. Pensando en las próximas generaciones y no tan solo en las próximas elecciones, sería . . .
    interesante conformar un Proyecto de Nación para los próximos 50 años donde se acuerden las bases y estrategias para el desarrollo sustentable.

    Me pregunto Sra. Directora si Ud. tiene alguna idea, de como conformar dicho Proyecto de Nación?

    Parece tener alguna voluntad, pero Ud. misma es parte del CCC 11, lo fue de la Comisión de Higiene Urbana, tiene que haber registrado, que para obtener fines hace falta construir poder.

    Hacia que destino, elegiría orientar el hilo conductor de construir poder?

    Cordial saludo
    JARO

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  2. Estimado Jaro:
    En principio una aclaración, no integré la comisión de Higiene Urbana, participé en alguna reunión cubriendo la información para nuestro medio y en ese contexto formulé preguntas y participé con algunas apreciaciones en función de la opinión que recogemos de los vecinos sobre el particular. Aunque si hubiese podido, me habría gustado tener más participación.
    Participo como vecina independiente en el C.C.C.11 y asisto a los plenarios en la medida de mis posibilidades porque creo que es una institución que en la medida que cada vez más vecinos se comprometan y trabajen sobre proyectos concretos puede ser, como órgano de consulta, una herramienta muy positiva para el progreso de nuestra comuna.
    Por último, en relación al editorial: me parece que más allá de mi opinión sobre como debería ser el proyecto nacional, lo positivo y constructivo sería, tal como lo expreso en el editorial arribar a un PROYECTO DE CONSENSO NACIONAL a partir del debate y acuerdo de estrategias donde a partir de la inteligencia colectiva expresada en un CONGRESO MULTISECTORIAL Y MULTIPARTIDARIO trace las políticas de largo plazo. Luego, MESAS DE DIÁLOGO INSTITUCIONAL PERMANENTES podrán medir los grados de avance, ratificando y/o rectificando lo que sea necesario.
    Ahora bien, no me cabe duda que el hilo conductor de nuestro Proyecto Nacional no puede ser otro que el BIEN COMÚN.

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