Ante la asunción del nuevo Papa Francisco, se renueva para los creyentes la esperanza y se abren nuevos caminos donde cada individuo debe asumir la responsabilidad de ser artífice y protagonista de su propio destino, conforme a su condición, respetando y habilitando la libre expresión, con actitudes siempre subordinadas al bien común.
Esta brisa fresca que trajo el reciente nombramiento puede hacerse extensiva a toda persona, cualquiera sea su confesión religiosa, incluso agnósticos porque nada impide armonizar intereses entre todos los sectores de la vida social y política. Para que esta convergencia sea posible es necesario que las personas y grupos sociales recuperen la iniciativa con planificación y coordinación en el marco de la democracia, donde cabe la responsabilidad del Estado.
Evitar el aislamiento social, la segregación, masificación y formas de vida agresivas y excluyentes, es parte de transitar la sendas de paz, fortaleciendo también el orden moral con ventajas ponderables.
La justicia social contribuye a afirmar los derechos del hombre, donde prima la participación activa, con responsabilidad y servicio, facultando una auténtica política social, contribuyendo a un crecimiento de la sensibilidad y humanización a escala mundial como fundamental objetivo.
Una leal convergencia de aspiraciones e intereses entre todos los sectores de la vida nacional posibilita una convivencia armónica y de desarrollo de la pluralidad con fines y propósitos comunes.
No escapa a nadie que estamos viviendo nuevas instancias, que día a día pueden cambiar la óptica de decepción, falta de credibilidad y confianza en el campo confesional y político, realidad que no sólo alcanza a nuestro país sino que tiene escala global, hacia un nuevo tiempo de reflexión, posibilidad de diálogo constructivo, tendiendo la mano con amplitud de espíritu para mirar el futuro con optimismo y esperanza.
¿Usted qué opina?
José Cesar Rodriguez Nanni
José Cesar Rodriguez Nanni
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