Escribe: JOSÉ CESAR RODRIGUEZ NANNI - Director
Un nuevo año abre esperanzas y la comunidad ha de buscar caminos, con participación creativa, con propósito de afirmar el bien y la libertad porque cada persona es esencialmente social y es para ella un deber y un derecho evitar el individualismo que contribuye a contradicciones que afectan la existencia y por ende la convivencia.
Toda acción solidaria favorece la integridad moral y tiene una relación directa en la sociedad y su conjunto, el aislamiento constituye una barrera y favorece a transformaciones violentas que rompen el equilibrio de la distribución de las cargas, no compatibles con la justicia social.
En el Martín Fierro, José Hernández dice: “Los hermanos sean unidos, porque esa es la ley primera, tengan unión verdadera en cualquier tiempo que sea, porque si entre ellos pelean lo devoran los de ajuera” (4695)
En esta dimensión, el bien común establece una escala de valores comprometiendo un pluralismo que faculta libertades fundamentales y convivencia fraternal, donde el núcleo familiar debe fortalecerse como base de la Nación, junto con las asociaciones intermedias que expresan y acrecientan la cultura y la madurez, favoreciendo a los cuerpos políticos con principios existentes en la ciudadanía y la actualización incluso capacitación de sus líderes.
Impulsar una democracia plenamente participativa, es constituirse en motor de un futuro que evite distintas corrientes que chocan entre ellas y se excluyen mutuamente y posibilitan incertidumbre, distorsionando procesos con luchas intestinas. Por ello, enaltece intervenir con creatividad y sin prejuicios en las decisiones de la vida política y socioeconómica, facultando igualdad de oportunidades.
Parafraseando al gaucho Fierro es válido recordar sus dichos… “ No me hago al lao de la güeya aunque vengan degollando…”
En el Martín Fierro, José Hernández dice: “Los hermanos sean unidos, porque esa es la ley primera, tengan unión verdadera en cualquier tiempo que sea, porque si entre ellos pelean lo devoran los de ajuera” (4695)
En esta dimensión, el bien común establece una escala de valores comprometiendo un pluralismo que faculta libertades fundamentales y convivencia fraternal, donde el núcleo familiar debe fortalecerse como base de la Nación, junto con las asociaciones intermedias que expresan y acrecientan la cultura y la madurez, favoreciendo a los cuerpos políticos con principios existentes en la ciudadanía y la actualización incluso capacitación de sus líderes.
Impulsar una democracia plenamente participativa, es constituirse en motor de un futuro que evite distintas corrientes que chocan entre ellas y se excluyen mutuamente y posibilitan incertidumbre, distorsionando procesos con luchas intestinas. Por ello, enaltece intervenir con creatividad y sin prejuicios en las decisiones de la vida política y socioeconómica, facultando igualdad de oportunidades.
Parafraseando al gaucho Fierro es válido recordar sus dichos… “ No me hago al lao de la güeya aunque vengan degollando…”
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