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 SOCIEDAD

LOS DECIRES Y DIRETES QUE “NOS JUEGAN” UNA MALA PASADA

Escribe: Lic. Alejandra Bavio 
Psicóloga, Terapeuta Holistica

Practicante de TRE (Spiritual Response Association- USA),

Maestría Practicante de Reiki, Gemología, PNL

Cuantas veces escuchamos decir “que no es lo mismo una ventana negra que una negra en la ventana”. Muchas, verdad? Y estas frases del ingenio popular bien se pueden aplicar a nuestra vida diaria, cuando queremos decir una cosa y decimos otra. ¿Cómo corregimos eso?, Fácil, teniendo en cuenta CÓMO decimos lo que decimos.

Las palabras en sí no son ni buenas, ni malas, son simplemente palabras, pero lo que asociamos a ellas les da una nota especial, cual un “DO” no se escucha igual que un “RE”, al punto tal que aquel que nos escucha entiende una cosa u otra totalmente diferentes entre sí. El orden de las palabras, el tono de voz que usamos, el énfasis que ponemos y dónde lo ponemos, los gestos que hacemos, entre otros aspectos, hacen que nuestro decir tenga un impacto en quien nos oye. Ese impacto puede ser el que nosotros esperamos, o por el contrario, todo lo opuesto.

Una hija le dice a su madre en medio de la noche “Mamá, te quiero”, a lo que la madre le responde “Si hija, yo también te quiero”, y la hija le dice, “No mami, TE quiero... quiero TE”.

Este ejemplo real, y gracioso a la vez, nos hace dar cuenta de lo importante que es tener en cuenta aquello que queremos transmitir, para que quien nos oye realmente interprete nuestro decir. En realidad, y para ser sinceros, las palabras “no juegan”, Nosotros jugamos con ellas. Jugamos a tal punto que las transformamos en buenas, malas, lindas feas, graciosas, tristes, en fin… lo que queramos. Pero claro, del otro lado nuestro interlocutor que nos escucha, no solamente escucha una palabra, sino además esta “intención” que le colocamos por añadidura, y de ahí en más nos llega el “rebote” que indefectiblemente estará en concordancia con esa intención asociada a lo que dijimos.

Por lo tanto, ¿somos conscientes de lo que decimos?...y de Cómo lo decimos?..., sabemos Qué estamos transmitiendo? O nuestro decir es una catarata de palabras con miles de intenciones juntas cual una bolsa de gatos que se liberan????...

Nuestras palabras no son inocentes, llevan nuestras intenciones puestas, pegadas a ellas, y si liberamos una catarata, como si abriésemos en una represa de agua todas las compuertas, no esperemos que salga sólo una gotita, nos vamos a empapar. Y si lo que queremos obtener como resultado, no es empaparnos, entonces empecemos a ver Cómo decimos lo que decimos. Y abramos un espacio de debate en el cual, tanto quien habla como quien nos oye pueda expresarse, a fin de llegar a un acuerdo, … acuerdo que es nuestra única realidad posible...

En esta nota abro un espacio para pensar, para que nuestra mente se abra un poquitito mas, y veamos nuestro mundo, pero desde otro lugar.

“Cuando me muevo más allá de mis miedos, me siento libre” Spencer Johnson

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