lunes, 23 de agosto de 2010

 EDITORIAL

IMPACTO AMBIENTAL
Paulatinamente la opinión pública va tomando en cuenta la contaminación ambiental y los efectos degradantes en el equilibrio profundo de la tierra como sistema global y en nosotros como habitantes.
La acción humana determina también impacto ambiental en forma directa o indirecta por la magnitud de la población, la producción sin límites utilizando grandes cantidades de energía, la sobreexplotación de los recursos no renovables con su consecuente agotamiento en el corto o mediano plazo.
En la gran ciudad incide la contaminación del aire que se desnaturaliza en su composición con sustancias nocivas para el hombre, animales, plantas y suelos, donde incluso la polución producida por el transporte con combustión que procede del carbón, petróleo y gas, origina millones de toneladas de partículas sólidas, además de la calefacción de los hogares y la combustión en ámbitos industriales.
El indiscriminado uso del plástico da como consecuencia una enorme cantidad de residuos no degradables que junto a desperdicios producto del desuso de electrodomésticos, de equipos de computación, pilas, baterías y otros radiactivos, constituyen un problema cada día más ponderable.
El agua es el bien natural con peores pronósticos frente a la industrialización y las sustancias indeseables o tóxicas, las mareas negras causadas por los vertidos de petróleo o diversos productos refinados, inhiben la fotosíntesis y la concentración del oxígeno disuelto se reduce drásticamente, provocando la muerte por anoxia de la vegetación tanto marina como en ríos y así peces, aves acuáticas y la fauna marina se intoxican o mueren, alterando el ecosistema y la vida en vastas regiones del planeta.
Otras graves incidencias son producto de efectos de la lluvia ácida que depende de la emisión de sulfuros, óxidos de azufre y nitrógeno generados por la actividad industrial, que se recicla al suelo o a las aguas hasta en zonas distantes a su emisión, así se manifiesta en la corrosión de metales, descomposición y la destrucción de reservas naturales.
No podemos subestimar en forma personal y colectiva este problema que no solo afecta la vida diaria, sino que es pernicioso para la salud y afectan gravemente a cada uno, a su familia y a la población en general. Merece atención de gobernantes y gobernados y no podemos hacer como el mito del avestruz, querer ignorarlo, porque es suicida.
Sería importante debatir sobre soluciones inmediatas y a futuro, incluir la temática en debate desde la escuela y sin demagogia abogar por leyes y normas que partiendo de la prevención posibilite evitar una crisis imponderable a escala global.

¿Usted qué opina?

José Cesar Rodríguez Nanni

No hay comentarios:

Publicar un comentario